lunes, 30 de junio de 2008

Dos comentarios excelentes, Rosario Guzmán Errázuriz y Karin Ebensperger.

Jaime Guzmán E.
Rosario Guzmán Errázuriz

Ayer, Jaime, fue tu cumpleaños número 62. Se ha hablado de ti en estos días, porque alguien sostuvo por ahí que no eras un “alma bella”. ¿Quién juzga, me pregunto, si somos o no “almas bellas”? Los creyentes dejamos el veredicto en manos de Dios… Yo, que tuve el privilegio de conocer tu alma muy de cerca, con sus pliegues y recovecos, sus ángeles y demonios en disputa, puedo dar fe que llegó a ser bella. Porque las personas no somos: vamos siendo… Hemos conocido hombres buenos convertidos en asesinos; ladrones, prostitutas y homicidas convertidos en santos; comunistas convertidos en liberales, y así…

En tu caso, el Jaime con el que crecí y me crié era irreconocible en la persona que asesinaron el 1º de abril de hace 17 años. Yo siempre te quise tal cual eras, lo que seguro te permitió bajar tus defensas y abrirme las puertas de tu intimidad con gran generosidad. Fue así que a medida que transcurría el tiempo, además de quererte entrañablemente comencé a admirarte. Pocas personas he conocido que hayan evolucionado en su pensamiento y se hayan convertido una y mil veces al Evangelio de Jesucristo de la manera en que tú lo hiciste.

El hombre es él y sus circunstancias, ¡qué duda cabe! Pero ambos aprendimos en nuestra propia historia familiar —¡y cuántas veces lo conversamos!— que también es él y sus genes, su biografía, sus miedos, heridas, carencias. Es desde nuestra experiencia que construimos ideología y, a fin de cuentas, terminamos haciendo lo que podemos y no lo que queremos.

Me tocó ser testigo de cómo fuiste incorporando nuevas ideas que iban modificando tus percepciones de los hechos; de cómo ibas abandonando tus pasiones juveniles para ir abrazando lenta pero persistentemente las bondades de la libertad, la democracia y la economía social de mercado; de cómo comenzaste a valorar las Encíclicas Papales que hablan de justicia social y se despertó tu inquietud por acercarte a los más pobres. Optaste por permanecer y no abandonar el gobierno militar —siendo fiel a tu concepto de lealtad—, intentando atenuar desde adentro los padecimientos de quienes fueron exiliados, torturados y desaparecidos (¡te atreviste incluso contra el jefe de la Dina!), y como nunca te importó la imagen, estuviste dispuesto a pagar el precio de que algunos te tildaran injustamente de lo que nunca fuiste: culpable por omisión.

La energía, tema central en el debate presidencial de EE.UU.
Karin Ebensperger


Cada generación tiene su afán, decía mi padre, y él estaba convencido de que el desafío de la actual es tratar de recuperar al ser humano integral, en vez de sobrevalorar su aspecto económico de consumidor.

Yo le argumentaba que así sucedería en forma natural en la actual era de la globalización; porque el flujo de información y la innovación tecnológica tienden a ampliar las libertades políticas y a reforzar la sociedad civil, y por ende, la libertad y creatividad de las personas.

Pero debo reconocer cierta desilusión por una actitud predominante en Estados Unidos, la sociedad más conectada con la era de la globalización. Con lo notable que ha sido la evolución histórica de EE.UU. hacia una sociedad de oportunidades, también ostenta -al menos sus autoridades, mal que mal elegidas- una mentalidad irresponsable frente a los principales desafíos de esta generación.

En forma lenta y atrasada, recién sus dirigentes empiezan a dar prioridad al tema clave de las nuevas energías y su combinación con el medio ambiente. Y no lo presentan como un gran objetivo generacional asociado a un mundo menos depredador y más consciente del ahorro como virtud, en vez del consumo como objetivo de la vida. No. Para candidatos y autoridades de EE.UU., es sólo un asunto de seguridad: hay que dejar de depender del petróleo que proviene de países complicados del Medio Oriente, en vez de presentarlo como un acto de responsabilidad individual y colectiva.

Hoy en día ya no se mide el desarrollo de un país por su "consumo" (despilfarro) energético como aparecía en los almanaques, sino que ahora el dato relevante es cuál es la "huella" ambiental, es decir cuán caro en energía es el PIB. Un país desarrollado es sinónimo de eficiencia energética, no de gasto energético, y eso requiere de ciudadanos mucho más conscientes.

Pero se vislumbra un cambio en EE.UU., a pesar de la administración Bush. Mientras hace rato en Europa estos temas tienen prioridad política, por primera vez en EE.UU. todos los candidatos coincidieron en que hay que reducir la dependencia del petróleo.

McCain habla de recompensas a quienes aporten baterías de autos eficientes y no contaminantes, y Obama dijo que invertirá 150 mil millones de dólares en 10 años para impulsar la próxima generación energética.

Son metas complejas, porque implican un cambio de actitud, en la línea del ser humano más integral del que me hablaba mi padre. Los tiempos requieren ciudadanos conscientes en vez de meros "consumidores", como han sido llamadas las personas por ya demasiado tiempo.

viernes, 27 de junio de 2008

Excelentes comentarios, uno chileno y otro argentino.

Por la boca muere el pez
Leonidas Montes

Recientemente han salido a la luz pública nuevas irregularidades con algunos planes de empleo dependientes del Ministerio del Trabajo. También se cuestionan supuestas anomalías en el uso de fondos de la División de Organizaciones Sociales (DOS), entidad dependiente del Ministerio Secretaría General de Gobierno. Como ya hemos perdido la capacidad de sorprendernos, son sólo algunos miles de millones de pesos.

Ya sabíamos de algunos problemillas con unos fondos para el sida en la DOS. Esta división es dirigida por el historiador Francisco Estévez. En su currículo destaca su participación en la ONG Fundación Ideas. En esa organización, Estévez saltó a la fama asumiendo la defensa de los grafiteros que, como ciudadanos chilenos, expresaron su inquietud artística pintando un monumento inca en Cusco. Un verdadero ejemplo para nuestros jóvenes. Imagino que esto habrá sido un antecedente a la hora de evaluar lo que serían las futuras responsabilidades del director Estévez en el Ministerio Secretaría General de Gobierno. Precisamente uno de los cuatro objetivos de la DOS es “facilitar la expresión de necesidades ciudadanas”. Al parecer, los chiquillos necesitaban expresarse.

El viernes pasado el ministro Vidal, ante las denuncias respecto del caso DOS, haciendo gala de su papel de rottweiler de La Moneda, volvió a ladrar: “El Gobierno está hasta más arriba de la coronilla de ineptitudes e ineficiencia, por eso les coloqué el caso de mi ministerio. O me responden a las tres de la tarde del lunes o se van”. Aunque me temo que algunos casos no necesariamente son “ineptitudes e ineficiencias”, muchos chilenos no podríamos estar más de acuerdo con el diagnóstico del vocero Vidal.

El día lunes el ministro, cumpliendo con su promesa, citó a la prensa. Eran las tres de la tarde. Había expectación en La Moneda. Vidal sube al podio e inicia el round: “Yo les dije el viernes que hoy iba a responder”. Nos cuenta, con tono asertivo, que le envió un oficio al contralor el día viernes, a las 20:00. Enseguida agrega: “He hablado hoy con el contralor, me ha dicho informalmente que acusó recibo del oficio, que me mandará respuesta positiva”. Cuesta imaginar al contralor prometiendo una “respuesta positiva”. Ahora es el turno de los periodistas. Frente a las primeras cuatro preguntas, Vidal siempre inicia sus respuestas con un “yo creo…”. En la quinta pregunta, consultado por la calidad de las explicaciones de Estévez, contesta: “Para mí es un avance”.

En las intervenciones del vocero de gobierno la primera persona singular aparece reiteradamente. Su protagonismo ha sido demasiado notorio. En vez de hablar de la posición del gobierno, habla de su posición. Esta estrategia no es una buena señal de gobernabilidad. A lo menos refleja cierta descoordinación interna del gabinete. De hecho, ese mismo lunes, Vidal desmintió a José Pablo Arellano y al día siguiente aparecieron los ministros de Interior y Defensa apoyándolo. Sólo imagine los entretelones internos a causa de la visita de Pérez Yoma y Velasco a la casa del candidato Piñera.

Y cuando se aprobó la Ley General de Educación, Vidal, presa una vez más de su incontinencia verbal, declaró: “creo que es re bueno [sic] para el país derogar una ley que se hizo, ¿saben cuándo? El 10 de marzo de 1990, 24 horas antes de que el «caballero» se fuera de aquí ... es súper positivo [sic] que una ley de Pinochet pueda ser derogada con los votos de los pinochetistas, estupendo”. Imagino que todo ministro algo sabe de la historia de su cargo. En el año 1976 se le otorga la calidad de ministerio a la Secretaría General de Gobierno. Vidal es ministro gracias al Decreto Ley 1.385 de la Junta Militar. No vaya alguien a concluir que sería “re bueno para el país que otra ley del caballero sea derogada”. Así no tendríamos un ministro vocero


Una flotación "demasiado" sucia.

Los economistas dieron en llamar "flotación sucia" a ese recurso por el cual el Estado mediante políticas monetarias dirigistas, interviene en el mercado de divisas para establecer el precio de las monedas.

El término, tal vez surge como contraposición al de la flotación limpia en el que el valor de las monedas se determina como consecuencia del libre juego de la oferta y demanda.

En nuestro país las políticas intervencionistas gozan de gran apoyo popular no solo en la sociedad sino también en los ámbitos académicos, como así también en la base ideológica de la partidocracia local. El afán por controlarlo todo, fundamentalmente las variables económicas, también ha triunfado en esto del mercado de divisas.

Nuestro país regresó a esto de la flotación sucia desde que se retiro abruptamente del nefasto régimen de convertibilidad con el que convivimos por años. Ese sistema proponía otra forma de dirigismo estatal estableciendo un tipo de cambio fijo.

Nuestros economistas, siempre han tenido especial devoción por esta forma de controlar la economía. Son patológicamente desconfiados del mercado. Pretenden manejar esta variable, que entienden, estratégica. Incluso, ampulosamente, llaman "política cambiaria", y hasta "política económica" a esto de determinar el valor de las divisas.

Es que manipular el valor de la moneda propia y por lo tanto su valor relativo expresado en otras monedas extranjeras siempre ha sido el recurso más fácil para intentar resolver cuestiones de fondo. Es el camino mas corto. No precisamente el adecuado.

Muchos argentinos compraron la idea de que un "dólar alto" nos hace competitivos, convirtiéndonos rápidamente en exportadores, con una balanza comercial favorable que permite ingresar divisas.

Suena mágico. Es como ponerse tacos para poder mirar desde un lugar mas elevado. Dólar alto y de pronto somos eficientes, competitivos. Vaya falacia. No lo somos, solo hemos creado escenarios artificiales que consiguen efectos tan inexistentes como efímeros en base a una deformación de la realidad.

Uno de los mayores daños que genera, es que ni bien creemos que somos competitivos, asumimos que ese "dólar alto" es derecho adquirido, que no debemos mejorar nada de nuestras estructuras de costos, que tenemos una productividad extraordinaria, cuando en realidad no solo no lo es, sino que descansa en esta artificial herramienta.

La intervención estatal en el mercado cambiario, como en cualquier otro, no hace más que distorsionar el sistema de precios y quitarnos la brújula, los parámetros de una mejor asignación de recursos.

Los supuestos efectos bondadosos parecen evidentes, pero es el mismo gobierno quien se ocupa de minimizar la inmensa cantidad de efectos negativos que en forma más que proporcional debe pagar la sociedad como precio para lograr tener en pie esa mentira.

El final es predecible. Ningún artificio económico se puede sostener indefinidamente. Cae por su propio peso. Además el resto de las variables se ocupan de encontrar mecanismos de sinceramiento automático, que lamentablemente, y aunque no se deseen sus efectos, hacen daño a su paso.

El gobierno, apelando a su originalidad, poniendo el sello propio de nuestra ya prestigiosa capacidad creativa, ha encontrado nuevas formas de explotar al máximo esta maquina de destrucción que ha sido y es la política cambiaria.

En estas semanas, se ha convertido en la nueva herramienta de sometimiento a los que piensan diferente. El campo asiste hoy a la caída libre del precio de la divisa norteamericana expresada en pesos. Nueva forma de amedrentar y mostrar quien tiene la manija. Otra muestra más de la provocadora e impune detentación de poder.

En alguna oficina publica se esta decidiendo hasta cuando se dejara caer el dólar y cuando se retomara la senda del precio que precisan para que sus números mágicos cierren y la caja oficial este suficientemente satisfecha.

Han "hecho caja" durante algún tiempo, han ahorrado artificialmente y se pueden tomar un respiro. Entienden que algo de manipulación cambiaria es la medicina que le falta al campo para terminar de arrodillarse, aceptando su derrota en esta confrontación.

Hay que decirlo con todas las letras. Esta forma de manejar la economía conlleva una cuota de inmoralidad superlativa. No ahora, sino siempre. El fantasma de la corrupción merodea toda la escena. Alguien decide el precio de una mercadería, en este caso el dólar. Esa persona, o conjunto de ellas, sentados en algún despacho, atribuyéndose un poder que la Constitución no les confiere en párrafo alguno, deciden no solo sobre el destino de cada uno de nosotros, sino también, sobre las fortunas de muchos individuos.

Es que aquel que sabe cuando va a bajar y cuando va a subir, el que decide el valor de la divisa, es como el que sabe el número del billete ganador de la lotería. Solo debe saber cuando comprarlo y ese dato lo tiene al alcance de la mano, porque el mismo lo define.

Demasiado poder concentrado en pocas manos. Mas de lo que los constituyentes previeron para nuestros gobernantes. Creemos ingenuamente que detrás de las famosas políticas activas, de los "siempre dispuestos" defensores del rol del Estado, existen solo bien intencionados hombres. El poder no debe estar concentrado en pocas manos. Decía Lord Acton "El poder corrompe, el poder absoluto corrompe absolutamente"

El Estado no solo no puede intervenir en la economía porque genera inevitablemente un daño superior al que pretende evitar. Su participación como presunto mejor administrador de los recursos solo muestra más ineficiencia que la que supone corregir.

No solo no puede, sino que no debe intervenir. Su participación es espuria. Solo logra corrupción, esa que no existiría de no mediar su arbitraria intervención.

La historia argentina esta plagada de este recurso técnico de la flotación sucia. Esta vez no solo se la ha utilizado como tal, sino además como moderna herramienta para amedrentar. Encima sigue merodeando el fantasma de la corrupción, sospecha que se sustenta en que alguien ya sabe hasta cuando va a bajar y sabe cuando y hasta cuanto volverá a subir. Después de todo el nombre de flotación sucia le queda bastante bien. Solo se puede decir que esta vez es "demasiado" sucia.

Alberto Medina Méndez
Corrientes – Corrientes - Argentina

Para volver a Noticias, pinche aquí: VOLVER A NOTICIAS

jueves, 26 de junio de 2008

Dos comentarios de "lujo", de dos hombres valientes.

El futuro está en otra parte
Hermógenes Pérez de Arce

He escrito muchas veces que uno de los peores defectos de los chilenos es que no me hacen caso. Pero no es verdad. A la larga, me hacen caso. En plena "vía chilena al socialismo", yo predicaba la economía de mercado, y todos decían que estaba loco. ¿Y qué economía tenemos hoy?

Bueno, ahora les anticipo otra cosa. Ustedes se ponen de acuerdo en reintroducir el socialismo a la educación con el proyecto de LGE. Pero el futuro está en otra parte, y más temprano que tarde se abrirán las anchas alamedas por donde transitará el hombre libre, que volverá a la libertad educacional, el mejor de todos los sistemas.

Miren, cuando el gobierno militar consagró esa libertad mediante la LOCE, hasta los guerrilleros comunistas fundaban colegios. Esto, en sí, no era bueno, pero era una señal de libertad, y la libertad es buena. Ello se supo porque unos carabineros secuestraron a tres dirigentes del FPMR ¡desde el colegio particular que habían fundado!

Pero llegaron los socialistas al poder y discurrieron el Estatuto Docente, los "contenidos mínimos", que son "máximos" y coartan la libertad de programas, y cosas por el estilo. Inyectaron ingentes recursos a la enseñanza estatal, que cuadruplicó su gasto real en 18 años, sin mejorar. Pues, ¿cuál es la que da hoy mejores resultados? La privada, que no ha aumentado ni de cerca su gasto, pero es libre y competitiva.

Si les dieran a los dos millones de alumnos pobres la plata que malgasta el ministerio, todos -óiganme bien, todos- podrían ir a excelentes colegios particulares, porque dispondrían de un subsidio ("voucher") de entre cuatro y cinco veces la actual subvención a la enseñanza gratuita. El "aseguramiento de la calidad" se produciría como por ensalmo, sin otros entes burocráticos como los que crea la LGE.

Todo esto va a suceder más temprano que tarde. Porque es puro sentido común. Nadie se va a acordar de la LGE, con la cual la derecha, acostumbrada a dejarse cortar la mano para salvar el brazo (votó la reforma agraria, votó por Frei Montalva, votó por estatizar el cobre), parece hoy tan contenta. La educación libre y competitiva prevalecerá.

Todos nos daríamos por felices si los resultados de la prueba Simce de los colegios municipalizados fueran parecidos a los de los pagados. Bueno, la plata para lograrlo está. Si todos los colegios son particulares pagados, habrá calidad y nos podremos dar por felices, sin socialismo y con libertad. Ayer leí que llegó un inglés ofreciendo la idea de concesionar colegios públicos, como en su país. Cómprensela.

El socialismo ha hecho al Estado tan enormemente rico (se ha quedado con el 60 por ciento del mayor ingreso nacional por el alza del cobre y sólo en el primer trimestre de este año acumuló un superávit del nueve por ciento del PIB), que hasta el más quedado de los chilenos se dará cuenta de que esa plata no debe ser para los burócratas, que la dilapidan o cosas peores (todos los días hay nuevas denuncias), sino para las necesidades de la gente.

Un economista ha calculado que si el "gasto social" del Gobierno se distribuyera directamente entre pobres y menos pobres, dejando fuera al 10 por ciento más rico, nadie tendría un ingreso inferior a mil 600 dólares anuales (la línea de la pobreza está en mil 70 dólares.) Pese a ello, según la última encuesta Casen, todavía hay dos millones 220 mil pobres. ¿Qué pasa? Que la burocracia derrocha (o se queda con) la plata.

¡Chilenas y chilenos, la alegría ya viene! ¡Levantaos y exigidles la devolución de lo que es vuestro a los burócratas socialistas! En verdad os digo: esto fatalmente sucederá más temprano que tarde.

Y, otra vez, deberéis reconocer que yo tenía la razón.

¿Cuál Allende?
Gonzalo Rojas Sánchez

A 100 años de su nacimiento, a casi 35 de su muerte, el Allende verdadero debe comparecer ante nuestra mirada. En él confluían una serie de características no siempre congruentes entre sí, que iban desde su situación personal a su ideología, sus relaciones con las fuerzas de izquierda y sus ambiciones políticas; ciertamente era un personaje complejo.

Médico, masón, de buena posición social, de gustos refinados, de trato agradable, veterano político profesional, orador florido con tendencias reiterativas, parecía más bien un dirigente tradicional del Partido Radical que un PS. Tres veces derrotado en sus intentos electorales con el FRAP, sus compañeros de partido no se mostraron demasiado entusiasmados con su cuarta postulación: en el Comité Central del PS obtuvo 12 votos contra 13 abstenciones.

Sin embargo, el PC lo designó como candidato alterno a su propio abanderado, Pablo Neruda. Esta situación no se produjo por casualidad. Allende, en realidad, era un antiguo compañero de ruta del PC. El 15 de marzo de 1953, cuando se realizó en el Teatro Baquedano el homenaje al recién fallecido José Stalin. Allende había afirmado: "Stalin fue para el pueblo ruso, bandera de revolución, de ejecución creadora, de sentimiento humano agrandado por la paternidad; símbolo de paz edificante y de heroísmo sin límite, venerado por su pueblo; asombraba al mundo corrigiendo los propios errores, en un afán humano y digno de superarse; pero por sobre todos estos aspectos casi hieráticos de su personalidad, están su fe inmensa en la doctrina de Marx y Lenin, su irrevocable conducta marxista; todo lo hacía al servicio del pueblo, con la estampa de Lenin en los ojos y con el fuego del marxismo en el corazón; (...) Stalin ha muerto; hay muda protesta en las conciencias y congoja en las almas; hombres de la Unión Soviética, nosotros los socialistas, compartimos vuestro luto que tiene conmoción universal; (Š) vuestro consuelo, el saber que hay hombres que no mueren; Stalin es uno de ellos."

Después el futuro presidente se mantuvo completamente fiel al comunismo y a su sede rusa. "El PC es el partido de la clase obrera; el PC es el partido de la Unión Soviética, el primer Estado socialista del mundo; y quien quiera formar un gobierno socialista sin los comunistas, no es un marxista; y yo soy marxista," afirmaría con decisión.

Junto a su admiración por Moscú, Allende también se presentaba como un entusiasta de La Habana, donde concluyó compareciendo a la reunión fundacional de la Organización Latinoamericana de Solidaridad, (OLAS) controlada por el Departamento América del gobierno cubano. Y en el famoso Congreso de Chillán de 1967, Allende sostuvo que "sin claudicaciones", se requería de un partido "más duro y más fuerte, más dinámico en su acción, con conciencia revolucionaria y con capacidad política", para afianzar la Unidad Popular y llegar a los debidos acuerdos con los comunistas. En este contexto, no extraña que Allende confiara en su habilidad para transar las diferencias tácticas, en especial con el MIR, respecto del cual llegó a afirmar: "Veamos si es posible llegar a acciones comunes; y que el país sepa que tenemos tales puntos de contacto y podemos hacer tales acciones en común."

Está claro: Allende por su trayectoria inicial en política se ubicaba al lado de las posiciones de aparente moderación propiciadas por el PC. Pero, por sus más recientes actuaciones, se presentaba como un seguidor, un tanto heterodoxo, del revolucionarismo castrista y de la toma violenta del poder. ¿Había un modo propiamente allendista, entonces, de articular las diversas influencias revolucionarias que había asimilado, con su propia personalidad más bien burguesa? Sí, lo había. Concretamente, la "vía chilena al socialismo," con todas sus fatales consecuencias para el país.

Allende "reformista", stalinista controlado por el PC; Allende castrista, empujado por las fuerzas izquierdistas "revolucionarias"; Allende, "revisionista", con una "vía chilena" o "pacífica hacia el socialismo". ¿Cuál era el verdadero? ¿Uno, los tres, o ninguno? Quizás ni él mismo lo habría podido establecer con precisión.

miércoles, 25 de junio de 2008

Debate educacional: (I) Condiciones olvidadas

Debate educacional: (I) Condiciones olvidadas
Gonzalo Vial

El publicitado debate y votación de la LOCE en la Cámara tiene un solo, aunque importante, aspecto positivo: aleja la amenaza de entregar la educación gratuita al monopolio o semimonopolio del Estado, sea directamente o a través de las municipalidades.

Algunos creen que eso, por arte de magia, la mejoraría. Naturalmente no es así. No ha sido así, históricamente, en Chile. El año 1920 dictamos con grandes fanfarrias la Ley de Instrucción Primaria (Básica) Obligatoria. Desde su vigencia, dijimos, todo niño en edad de recibirla, la tendría sin costo, quisiéralo o no. El Estado quedaba OBLIGADO a dársela gratuitamente, y sus padres OBLIGADOS a que la recibiera. Durante casi medio siglo, nos llenamos la boca, nacional e internacionalmente, con la maravilla de Chile, donde por la acción del Estado no había niño sin la opción de básica gratis. Treinta y nueve de estos casi cuarenta y cinco años nos gobernó la centroizquierda. En 1965, sin embargo, se hizo la prueba de efectivamente abrirles la puerta escolar a todos los potenciales beneficiarios de la básica gratuita. Resultado: un tercio de ellos, 800.000 niños, no la recibían ni la habían recibido nunca. ¿Por qué? Porque el Estado no ponía los recursos necesarios al efecto.

La centroizquierda del 2008 quiso reeditar la misma fantasía. Afortunadamente no lo obtuvo... por el momento. Los ideólogos nunca cejan, ni descansan.

Ahora, se espera que la Alianza y la Concertación sigan cumpliendo su Acuerdo Educacional del año pasado, cuyo objetivo es mejorar la «calidad» de la enseñanza gratuita, básica y media.

El Acuerdo funda sus esperanzas en que persigan dicha calidad... ¿quiénes? No los establecimientos municipales y particulares que hoy, con mucho esfuerzo, dificultades y falta de recursos, imparten esos niveles de enseñanza. Sino CINCO organismos «públicos» (léase estatales) que fiscalizarán a los referidos establecimientos. De los cinco, dos son antiguos y nunca han servido para nada: el ministerio del ramo y el Consejo Superior de Educación; se anuncia su «reforma» y «reforzamiento». Un tercero existe desde 2006, la Comisión Nacional de Acreditación Superior, de la cual se espera que «modernice» las pedagogías básica y media, pero hasta el momento no lo ha hecho. Y los dos organismos fiscalizadores restantes son NUEVOS, ENTERAMENTE NUEVOS... frutos del Acuerdo Educacional Gobierno/Oposición. Uno es una «Superintendencia de Educación» y el otro una «Agencia de Calidad», para asegurar y certificar ésta en los niveles básico y medio.

Esta jauría de organismos estatales corriendo tras los educadores, ¿sería útil, EN CONDICIONES NORMALES?



Lo dudo mucho, pero es inútil discutirlo por el momento, pues las condiciones de la básica y media gratuitas, en Chile —que constituyen el 90% del total de esos niveles educativos—, NO SON NORMALES. Mientras no lo sean, los establecimientos respectivos no tendrán calidad mínima, por ende ni los cinco fiscalizadores juntos, ni cualquiera de ellos, conseguirán que la tengan. Desgraciadamente, el Acuerdo Educacional nada dice de esta ausencia de condiciones normales.

¿Cuáles son ellas, cuya ausencia impide absolutamente la calidad en la enseñanza, y hace de los cinco entes fiscalizadores simples e inútiles almácigos de burócratas?

Me da vergüenza hablar de esto DE NUEVO, porque: 1) vengo haciéndolo hace diez, quince años; 2) mis lectores —los que han durado tanto— están ya, con el tema y su repetición, «más arriba del paracaídas» (como decía Pinochet) o «hasta la coronilla» (como dice el vocero de gobierno" cada vez que se descubre un nuevo hurto de dineros fiscales; y 3) porque a mí mismo me aburre, sobre todo porque no verán mis ojos ningún progreso de la enseñanza. Se crea el pretexto perfecto para el inmovilismo: hay que esperar que los cinco fiscalizadores estén funcionando, y darles un tiempo para mostrar resultados... Lo mismo que dijeron de la Reforma Educacional de la Concertación, hoy totalmente olvidada y archivada y que —cualesquiera hayan sido sus méritos o deméritos— NO PODIA HABER TENIDO EXITO, porque faltaban ...pues, lo de siempre, las “condiciones normales”.Veámoslas, una vez más (¡paciencia!):

PRIMERA. Que la subvención escolar alcance el monto MINIMO para conseguir una calidad MINIMA. Este monto es el doble del actual. La subvención especial a los alumnos “vulnerables” no soluciona en absoluto el problema porque, obviamente, debe AÑADIRSE A LA MINIMA.

Lo curioso es que, poco a poco, esta verdad: la subvención mínima, doble de la actual, ha ido penetrando en los cerebros. En la última COSAS, lo afirma el candidato presidencial de Renovación. Y el domingo recién pasado hace lo mismo en “El Mercurio”, el experto máximo de la educación concertacionista.

Pero, me pregunto estupefacto, si se acepta que la educación gratuita se financia hoy por el Estado —su único proveedor de fondos— con apenas la MITAD de lo que necesita... ¿qué sentido común y éxito esperable pueden tener los cinco briosos fiscalizadores del Acuerdo Educacional? ¿Qué sacarán con exigir calidad? Misterio.

Yo entiendo esta inconsecuencia en el columnista que escribe sobre la «calidad de la educación», aquí mismo, ayer. Alaba la futura Agencia de Calidad (existe, dice, en Nueva Zelandia, vaya, ¿qué más podríamos pedir?), y lanza un dardo contra las “fuerzas conservadoras” que la resisten. Pero ¿cómo exigirá y certificará NUESTRA Agencia la calidad de quienes, todos los establecimientos gratuitos chilenos, cuentan sólo con la mitad de los recursos mínimos para enseñar? El columnista no lo explica, pero yo no se lo reprocho, porque evidentemente no conoce el problema de los recursos. Es decir, no sabe de qué habla, pero en Chile eso tampoco es raro tratándose de educación.

Mas, en cambio, el experto concertacionista de “El Mercurio” sabe perfectamente de los recursos, así que —de su parte— es inexplicable silenciar que son PREVIOS a la fiscalización, la calidad, la «Agencia», la «Superintendencia», etc.

Quizás por eso insinúa una “solución” simpática. Anota que la subvención corriente subió este año 15%, y que si sigue incrementándose cada año en igual porcentaje, muy luego —siete años apenas... una bicoca— llegará al mínimo aceptable. Aparte de que no existe ese compromiso de alza anual, el experto olvida un detalle: que del 2007 al 2008 la subvención corriente aumentó, en efecto, un 15%... pero en igual período la moneda se depreció un 8%. Así que el aumento REAL de la subvención corriente fue de sólo 7%. A este ritmo, alcanzaría su nivel mínimo en catorce o quince años. ¿No será un poco lento? ¿Y qué harían mientras tanto los cinco entes fiscalizadores?}

SEGUNDA CONDICION NORMAL. Que la dirección de un establecimiento municipal tenga moderada libertad para formar su equipo, nombrar profesores, sustituirlos, asignarles incentivos, mover fondos, etc. Hoy no tiene la más mínima, por obra del Estatuto Docente.

Gracias a Dios, el experto concertacionista —el domingo pasado—, me parece que por primera vez, reconoce la necesidad imperiosa de esta reforma, aunque sea enfrentando al Colegio de Profesores.

Gracias a Dios, digo, pero, mientras tanto, mientras el Estatuto Docente SEA LO QUE ES... ¿qué podrán exigirles los cinco fiscalizadores al maniatado director de escuela o liceo municipal, en materia de calidad?

TERCERA CONDICION NORMAL. Que se modifiquen el currículo (planes y programas) y sus CMO (Contenidos Mínimos Obligatorios).

Hoy se hallan inflados con materias inútiles o prescindibles, de modo que es universalmente sabido que sólo cabe enseñar cada año y cada ramo, entre un 50% y un 75% del programa respectivo y sus CMO. Esto distorsiona no sólo la enseñanza, sino la PSU, inutilizándolas.

Pero el Acuerdo Educacional omite también el tema, salvo en un párrafo enigmático.El establecimiento, dice, podrá dedicar un 30% de sus horas a pasar programas propios, además de los CMO oficiales. Si para éstos no alcanza el 100% del tiempo, ¿cómo podrán enseñarse razonablemente en el 70%? Otro misterio.

Es por esto que el Acuerdo Educacional, suponiéndolo aceptable, será una desilusión más, y nueva excusa de la inefectividad, si no se cumplen previamente las tres condiciones señaladas. Ante ello, silencio. Nadie propone soluciones, pero sí múltiples excusas y consuelos. Los dejamos para la próxima columna.

martes, 24 de junio de 2008

Prohibido producir petróleo

Prohibido producir petróleo
Álvaro Bardón
¡Tenemos mala suerte! Mire cómo está el precio del petróleo, y nosotros tenemos cada vez menos. No como Brasil, donde "no había petróleo" cuando la producción era estatal, pero, de improviso, desde el Más Allá, alguien les sopló que abrieran este mercado a los privados y se olvidaran por un tiempo del socialismo que "prohíbe" la exploración y explotación privada de hidrocarburos.

Las empresas estatales, como casi todos hemos aprendido, sirven para poco o nada, para pegas e irregularidades político-partidistas, pero de ninguna manera para "innovar" o descubrir riquezas. Los chilenos socialistas -tontorrones de fin del mundo- simplemente no captan cómo en Brasil empieza a aparecer petróleo por todas partes, lo que no pasa en nuestros territorios, porque aquí no hay libertad, y el monopolio estatal "prohíbe" descubrir, explorar y hasta explotar petróleo.

Sólo el descubierto con autorización estatal -que no se le da a nadie- serviría para hacer una fogata, técnica que el Estado conoce bien, mas no así los tontos chilenos. ¿Qué harían éstos con pozos petroleros como los que hoy se descubren en Brasil? Nuestros socialistas estatistas creen que nada, de forma tal que todo se convertiría en una gigantesca "pérdida social".

Como me decían unos viejos ingenieros de gran calidad de Enap, la política de la empresa es autorizar a todo el que quiera explorar, investigar y descubrir hidrocarburos en cualquier parte del territorio, a condición, claro está, de que sean lugares donde no haya petróleo. No es que esté prohibido, pero, usted sabe, los socialistas no aceptamos la explotación de gentes, tierras, pozos o minas y, al final, lo más seguro es prohibirlo todo, a lo Evo, Chávez o Fidel -quien ya en vida llegó al Paraíso de la no explotación, la dictadura del proletariado, sin producción, trabajo ni alimentación en exceso (excepto un pequeño "algo" para que sobrevivan al menos los del partido).


En Chile se "prohíbe" dar derechos de propiedad en las minas, y ya usted ve lo poco que crece el cobre. Del petróleo, ni hablar, y menos del uranio, donde la sospecha de los expertos no socialistas es que estamos sobredotados, pero con una política de extremo ocultamiento de todo.

Es parecido al prohibicionismo que practicábamos antes con el vino. Usted quizás no sabe que en Chile estaba prohibido plantar vides viníferas, obviamente con el viejo cuento del alcoholismo promovido por los que ya tenían viñas con pingües utilidades. Bueno, esta socialista austeridad duró hasta que los economistas liberales, junto a sus similares militares, la cambiaron en la segunda mitad de los años 70. Son los mismos que después, mediante el libre comercio, han abaratado todo. O casi todo, porque aún no logramos que los socialistas proteccionistas -entregados primero a los "fabricantes nacionales" y luego a los comerciantes de vehículos en general- dejen importar autos usados a los pobres, "a tres pesos cincuenta cada uno"; trigo y azúcar sin bandas de precio; ropa usada sin arancel, o contar con créditos baratitos, como los que observamos en economías capitalistas libres como Panamá.

Los socialistas creen que el dinero y el crédito son satánicos y, que, idealmente, debieran controlarse por el Dios Estado, hasta concluir en las ya conocidas maravillas socialistas.


lunes, 23 de junio de 2008

Una pareja en decadencia: los Kirchner.

Una pareja en decadencia
Karin Ebensperger

Había todo tipo de señales de que el modelo impuesto por Néstor Kirchner y heredado por su señora Cristina Fernández no podía durar. Era a todas luces inviable el nivel de concentración de poder económico y político. Hoy ya no sólo los más informados, sino la sociedad en general, observa la decadencia de los Kirchner. El ex Presidente desaprovechó una oportunidad única. Los precios internacionales de los productos que exporta Argentina permitieron una increíble bonanza, y con un poco de seriedad se habrían podido generar bases sólidas para esa economía. Pero el populismo kirchnerista se dedicó a gastar, en vez de invertir y crear un verdadero desarrollo sustentable en el tiempo. Brasil ha dado muestras de ese tipo de seriedad, Perú está bien encaminado, pero los Kirchner, trastornados con el 9% de crecimiento debido a los precios externos, creían asegurado el apoyo popular. El alucinante superávit fiscal se usó para repartir prebendas entre miles de burócratas federales y provinciales que les pudieran asegurar la dominación política. Hasta que la inflación se hizo sentir y con ella los estallidos sociales, a pesar del paternalismo y la repartija.

Tras las protestas en las grandes ciudades vino la rebelión del campo, agobiado por absurdos impuestos a las exportaciones destinados a servir la caja de los Kirchner y sus subsidios insostenibles, entre ellos a los combustibles. Y así se reinstalaron dos de los flagelos que más temen los argentinos: la falta de confianza en el gobierno y la inflación, disimulada con cifras inexactas.

La Presidenta avivó la furia del sector agropecuario, con una actitud igual de soberbia que la de su marido cuando con el incondicional Julio de Vido se reía de los acuerdos con Chile respecto al gas. Esa soberbia se repite ahora entre la Presidenta y la dirigencia agropecuaria, pero la diferencia es que la cólera del votante argentino no es comparable con la actitud componedora de las autoridades chilenas.

La crisis se instaló en Argentina, y los Kirchner, acostumbrados a mandar y no a oír, han hecho todo lo necesario para empeorar las cosas. En vez de resolver, movilizan y azuzan actos masivos, reparten prebendas, pero aun así su popularidad está en baja. El legado de Néstor y Cristina Kirchner ha sido dividir a una sociedad argentina que cuenta con capacidades humanas notables, y desaprovechar la oportunidad inmejorable que le había regalado el entorno internacional.

sábado, 21 de junio de 2008

El campo no extorsiona al gobierno.
Por Nélida Rebollo de Montes

Produce alimentos, aporta millones de dólares y calma el hambre en el mundo. En una República ni el gobierno ni la función pública tienen carácter de “mando”. La autoridad no reside en las personas sino en la ley y sólo la ley manda.


• Todo poder reside en el pueblo y, por consiguiente, de él deriva. Los magistrados son mandatarios y servidores y en todo tiempo responsables ante el pueblo. Según este principio se aplica al gobierno representativo la teoría jurídica del mandato, que es un contrato de Derecho Privado. El pueblo es el mandante; los funcionarios elegidos por él son sus mandatarios o servidores o sus operadores o sus procuradores, según la expresión empleada en Derecho Público español.

• Todos los funcionarios electivos que forman el gobierno son mandatarios del pueblo, no porque lo manden, sino porque obedecen su voluntad expresada en la Constitución. En una República ni el gobierno ni la función pública tienen carácter de “mando”. La autoridad no reside en las personas sino en la ley y sólo la ley manda.

Minorías y oposición

• El gobierno elegido por el sufragio debe rendir cuenta de sus actos de gobierno. Los derechos de las minorías consisten en apreciar los actos gubernativos con un criterio propio y aportando su concepto doctrinario de los problemas para tratar de resolverlos, desde su punto de vista, guiados por la razón.

La oposición

• Las mayorías tienen el derecho que les da su representación numérica en los cuerpos representativos y en los cargos ejecutivos. Pero se debe respetar a las minorías; se deben escuchar sus críticas y darles participación en la acción y en la responsabilidad gubernativa para evitar el gobierno antidemocrático de un solo partido y la necesidad de que las minorías u oposición se conviertan en opositoras de los gobernantes. Sólo así se consigue la discusión libre en el campo de las ideas ante cada acto de gobierno, de suerte que haya oposición.

El gobierno no es propiedad particular de un partido o de un grupo

• El gobierno es el concurso de voluntades coincidentes o disidentes y cuando se convierte en propiedad particular de un partido o de un grupo o de una clase social es lo contrario de la democracia y de la República.

El derecho de gobernar debe respetar el control de las minorías

• Como la democracia y la República democrática se han apoyan en los derechos del hombre y del ciudadano, no es justo invocarlos para acordar solo a la mayoría el derecho de gobernar sin el control de las minorías.


Totalitarismo

• El totalitarismo es el régimen opuesto al régimen democrático, en el que se produce una total centralización en el Estado, que absorbe completamente a los individuos y se convierte en la única realidad. Todos los totalitarismos se caracterizan por la supresión de las libertades individuales; por la persecución de los opositores al régimen y por la creación de una organización represiva (policía, espionajes, delación, etc.).

Demagogia y mentira a sabiendas

• Al demagogo no le interesan las consecuencias de sus actos; es irresponsable y también egoísta, ya que sólo busca satisfacer sus ambiciones personales, lograr la adhesión, la simpatía o el apoyo popular. Algunos procedimientos demagógicos son: costear campañas políticas con dinero del Estado; distribuir subsidios; multiplicar innecesariamente los empleos públicos.


Ha valido la pena un repaso por la educación democrática, ante las circunstancias en que esta atravesando nuestro país.

Nélida Rebollo de Montes, profesora y Periodista, comentarista de radio La Red
.
(Tomado de http://www.periodismodeverdad.com.ar/ )

viernes, 20 de junio de 2008

Dos certeras columnas.....

¿Es realmente democrática la izquierda?
Sergio Melnick


Qué pena tan grande ha sido escuchar a algunos diputados de la Concertación en el “debate” sobre la Ley de Educación. Todo este guirigay es por un concepto de educación pública, a mi juicio, erróneo. La responsabilidad estatal en la educación es evidente. La administración directa de establecimientos educacionales, un grave error. Los gobiernos son malos administradores en el largo plazo. Su rol es hacer las políticas públicas, establecer los controles, estándares, regular, mantener la seguridad, garantizar la información y transparencia, y otras cosas de esa naturaleza. Los funcionarios estatales no deben producir telenovelas, recoger la basura, sacar cobre o petróleo, o construir caminos. Eso no es el “servicio público”.

Los parlamentarios que defienden los colegios fiscales han quintuplicado el presupuesto, pero no mandan a sus hijos ahí. ¿Quién los entiende entonces? Jamás tocan la frase «estatuto docente», que es el origen de la mayoría de todos los problemas actuales, particularmente en las municipalidades. La discusión de la izquierda es un eterno discurso de los “hay que”, “alguien tiene que”, y se olvidan que han estado a cargo del tema por dos décadas. ¿Cuál es la pelea de fondo? ¿Por qué los profesores que han protestado sólo quieren ser empleados del gobierno? Simple: porque es más fácil, menos exigente, porque no deja que nadie se destaque mucho, protege a los pencas y no premia a los buenos.

La exaltación y sofoco del diputado Paredes fueron insólitos, más aun cuando se habla de educación, donde se esperaría un poco de reflexión y profundidad. Se avergüenza —en sus palabras— de Viera-Gallo y de su propio gobierno. Alejandra Sepúlveda, más prudente, pero nos dice que la Concertación se perdió en el camino. Que la educación es un fracaso. Y acusa: “Nos vendimos a los intereses de algunos”. Ya no está en la Concertación.

Ximena Vidal, PPD, recalca correctamente que los parlamentarios no representan a gremios, sino a ciudadanos. Que el sistema político no da para más. Exige respeto al Parlamento. La discusión de estos días, dice, ha sido trasnochada y reiterativa. Acusa directamente a los profesores que movilizan estudiantes. Tuma, también muy exaltado, sostiene que no necesitan los votos de la derecha para legislar. Es decir, que hay que pasar la aplanadora cada vez que se pueda. Por eso van matando a la democracia, como ya lo hicieron una vez. Denise Pascal, del PS, ponderada, acuña un nuevo concepto: educación «pública pública». Cree que se acabará la educación pública en 40 años y que el sistema «público público» debe educar a la mitad del país a lo menos. Una cifra que proviene de alguna iluminación, un voluntarismo típico.

La intolerancia de algunos era sorprendente. Igual de sorprendente era la defensa a la gratuidad, incluso universitaria, para todos, y hasta usaban su ejemplo personal. Es decir, fundamentando subsidios a los ricos igual que a los pobres.

Por otro lado, los griteríos de los profesores desde las graderías del Congreso no eran de maestros propiamente tales, sino de activistas, incapaces de escuchar con respeto. Y después quieren que los escuchen en las clases, donde se dedican más bien a adoctrinar.

En mi opinión, lo único que realmente interesa es, primero, educación de calidad para todos, sin excepción. Segundo, con máxima libertad de elección de los padres. Tercero, con la administración lo más descentralizada posible, siempre lo más cerca que se pueda a la influencia de los padres. Cuarto, con la máxima diversidad, no con homogeneidad. Quinto, que todos tengan acceso a alguna forma de educación superior, lo que requiere serios cambios al modelo actual. Por cierto estoy pensando en una educación para el siglo 21, y no para el siglo 19.

No importan los apellidos de la educación, sólo calidad, diversidad e igualdad de oportunidades.

La Presidenta ha sido literalmente traicionada por sus propios seguidores. Una parte de la izquierda recurre a la violencia cuando la mayoría opta por un camino que no le acomoda. Veremos en estos días la evidencia de ello. Personalmente, creo que el famoso acuerdo hará muy poco por la educación. Pero es lo que nuestros líderes, de ambas coaliciones, mayoritariamente, han acordado por ahora, y es lo que debemos hacer. La capacidad de lograr acuerdos es un capital social invaluable para el futuro, que la izquierda nunca ha valorado adecuadamente.

¡El chileno E!
Claudio Fuentes Bravo

Para nadie es un misterio que los chilenos nos hemos lanzado tras el consumo compulsivo de casi todo lo que se puede poner en una vitrina, sea ésta física o digital. Con el tiempo, los bienes se han ido diversificando y los gustos también. Así, hoy el consumo de entretenimiento es un negocio de muchos millones de dólares. Vinculado a éste, la necesidad de reconocimiento se juega su oportunidad en innumerables escenarios digitales: facebook, webs, blogs, etc.

Cuando presenciamos el fenómeno mediático del funeral del general Bernales fue difícil explicarse racionalmente qué hacía allí tanta gente. ¿Lo conocían? ¿Lo estimaban? ¿Lo admiraban? Alguien tituló en televisión a Bernales como el “General del Pueblo”. Esto ya había dado resultado mediático en Inglaterra con Lady Di. Resultó acá también.

Al respecto, quiero llamar la atención sobre la existencia de “un nuevo chileno”; ávido de consumir entretenimiento, pero de un entretenimiento con características especiales: “masivo, circunstancial y gratuito”. Da lo mismo que el entretenimiento sea “político” (marcha), “rocanrolero” (concierto), “religioso” (funeral), o “institucional” (discurso presidencial), debe estar centrado en idolatrías frenéticas y efímeras para las cuales, un tipo de nuevo chileno, el ¡chileno E!, está dispuesto a presentarse y sacarse una foto para compartirla con sus amigos por Internet.

Hay millones de todas las edades que están queriendo hacer un “collage-biográfico-digitalizado” para salir del anonimato social. Esta estrategia de la industria digital de las llamadas “redes sociales” fomenta lamentablemente una asociatividad vacía. El objetivo pareciera ser sólo exhibir un número ridículamente grande de “amigos”.

El ¡chileno E! se ha mostrado emocional e histriónicamente más dúctil que antaño: si es funeral, podrá llorar desconsoladamente; si es concierto, se aprenderá todas las letras; si es aclamación del candidato, llevará banderas aunque haya votado por el opositor. Al ¡chileno E! le da lo mismo que sea el funeral de Pinochet, Bernales o Julio Martínez, el trofeo es ser parte de un hito, sacar la foto y subirla a la web.


No se confundan con el comentario de TV, no se trata de que en Chile de pronto adoremos a los carabineros, o que cambiaremos a Violeta Parra por Don Omar. Sólo estamos haciendo humanos esfuerzos para pensar que somos un poquito menos convencionales, un poquito menos insignificantes.

Nota de la Redacción:
Aunque no estamos del todo de acuerdo con el Sr Claudio Fuentes, creemos que la imagen que proyecta de nosotros es sumamente acertada y la creemos el resulta de un consumismo exacerbado y de una competitividad exagerada, que llega en muchos casos a terribles deslealtades.

Estamos enfermos de la facha, todos quieren aparentar ser más de lo que son, queremos en realidad, y todos queremos exhibir poderes, riquezas, que están lejos de nuestras posibilidades satisfacer, lo que nos ha llevado a poner nuestras “almas” a la venta en el mercado.

Pensamos que esta situación, que sencillamente nos ha deshumanizado, debe llevarnos a profundas reflexiones, como sociedad, y a comenzar, por nosotros mismos, a cambiar actitudes que solo nos conducen a una esquizofrenia compradora y a situaciones de estrés permanente.

jueves, 19 de junio de 2008

Hermógenes Pérez de Arce y Gonzalo Rojas Sánchez, dos colosos de la defensa de Chile

Manos sucias y manos limpias
Hermógenes Pérez de Arce


Fiel al menester de reivindicar la verdad histórica, no puedo dejar pasar la aseveración del ex Presidente Aylwin, del 8 del actual, en este diario, relativa a Augusto Pinochet, nuestro más importante hombre de Estado del siglo XX (cfr. historiador inglés Paul Johnson, "Las Últimas Noticias", 08.04.06: "no me cabe duda de que los historiadores de este siglo lo reconocerán como el mejor estadista que ha tenido Chile").

Expresó Aylwin, refiriéndose a Pinochet: "Desde O'Higgins hasta ahora, ha sido el único jefe de Estado que se ha ensuciado las manos". Resulta gratis ofender su memoria. No puede defenderse y casi nadie se atreve a hacerlo. Pero hay dos límites: la verdad histórica y la autoridad moral. La primera acredita que a ningún gobernante chileno, desde O'Higgins hasta hoy, sus adversarios le habían examinado el patrimonio con mayor inquina que a Pinochet. Al cabo, el director socialista de Impuestos Internos concluyó que, entre 1973 y 1990, había omitido declarar 544 mil dólares ("La Tercera", 08.10.05). Es decir, un millón 333 mil pesos mensuales.

El hombre más poderoso de Chile, que tomaba decisiones relativas a miles de millones de dólares y podría haberse apropiado, legalmente y sin ser investigado, de gastos reservados por más de 100 millones de dólares durante 17 años, cobró -según acusación de sus adversarios, que él siempre negó- la mitad de la centésima parte de eso. Asunto distinto fue que, después de su gobierno, chilenos y extranjeros agradecidos de su obra le formaran un fondo externo a salvo de la venganza izquierdista, del cual restan sólo 2,5 millones de dólares, hoy embargados, pues el objetivo se frustró.

Pero, como Presidente, sólo pueden acusarlo de llevarse para la casa menos de lo que los gobernantes y altos funcionarios de la Concertación fueron sorprendidos llevándose. Y en todos sus gobiernos, porque Aylwin, que encabezó el primero, confesó la corruptela a este diario el 24.12.06, p. D-7: "Hubo ministros que me dijeron: 'Presidente, no nos alcanza con el sueldo'. Y se les pasó un sobresueldo con cargo a fondos reservados de la Presidencia y del Ministerio del Interior".

La entrevistadora de Aylwin en esa oportunidad (24.12.06., p. D.7), Raquel Correa, refirió: "Cuando le comentamos al chofer que nos trajo que su oficina colindaba con su casa y que la había comprado cuando fue Presidente, nos dijo: 'Con los gastos reservados'". Parece que todos sabían. Pero don Patricio dijo que la había adquirido con un préstamo hipotecario.

Ellos se tenían muy guardado lo de los gastos reservados, hasta que el ex ministro Carlos Cruz lo reveló. Entonces la oposición, infinitamente misericordiosa, les permitió quedarse con lo sustraído y, a futuro, subirse el sueldo en el equivalente. "Hecha la trampa, hecha la ley". Ahí quedó explícito también cuánto se llevaban los Presidentes: el doble de lo que le imputaban a Pinochet.

Pero no retrocedamos hasta O'Higgins, por favor. Vistas las manos sucias de la Concertación (cero autoridad moral), remontémonos sólo a Allende y a los pagos que recibió de empresas mineras expropiadas (revelados por el ex embajador de EE.UU., Korry, a "La Segunda", 22.10.96), y del KGB soviético (precisados por Vasili Mitrokin, ex agente ruso, en "El mundo iba en nuestra dirección", Basic Books).

Hoy pretenden que Pinochet sería el único que se "ensució las manos". ¿Con qué autoridad moral? Y se probará que tampoco es la verdad histórica que se las ensuciara. Me quedo con lo que el mejor gobernante chileno del siglo XX nos asegurara, a un grupo de sus amigos, en su último almuerzo público antes de morir: "Juro por la memoria de mi madre que nunca tomé un peso que no me correspondiera". Sus sucesores, por propia confesión, no pueden decir lo mismo.

Pablo, Pablo.
Gonzalo Rojas Sánchez


Pablo Longueira es uno de los hombres públicos con más méritos en el Chile de hoy. Lleva décadas de servicio eficaz; ha trabajado en los ambientes más adversos conquistando adhesiones duraderas; ha ganado elecciones muy difíciles y otras casi imposibles; ha predecido efectos perversos en muchas acciones, y casi siempre, ha acertado; ha enfrentado discusiones peliagudas con la fortaleza facial y moral de la que otros carecen; ha defendido sin descanso a sus pares en las circunstancias más terribles que hayan enfrentado unos senadores en la vida pública chilena; incluso, ha prestado su colaboración al adversario, cuando pensaba que el bien de Chile lo exigía. Bueno; casi todo, buenísimo.

Casi todo, porque de un tiempo a esta parte -dos años, quizás tres- el senador Longueira ha comenzado a cultivar un personalismo ajeno a sus mejores méritos. Desde sus palabras, da a veces la impresión que si algo no cuenta con su apoyo, con su timing, con su aprobación final, no vale, aunque muchos otros que también exhiben méritos rotundos, puedan tener una opinión diferente.

Es lo que ha pasado con sus recientes declaraciones sobre la elección interna en la UDI. Es una pena, porque en términos simplistas y dramáticos, Pablo Longueira deslegitima una contienda tan necesaria como normal. Es simplista, porque, dice que un grupo de parlamentarios se enfrenta al tronco; y es dramático porque, profetiza, se podrían producir efectos lamentables. Todo esto, desde una premisa: él cree conocer a la UDI mejor que nadie.

Algo no cuadra esta vez en Longueira, porque los apoyos a José Antonio Kast vienen desde importantes fundadores del partido, pasan por todas las generaciones y se extienden hasta incluir a los más jóvenes de sus dirigentes. ¿Eso no es el tronco? Por otra parte, la opción de Kast es abierta, amistosa, servicial y llena de historia. ¿Qué tiene de lamentable su presencia y su competencia? Finalmente, suponer el máximo conocimiento de una realidad tan compleja como un partido grande, ¿no revela más voluntarismo que realismo? Quizás Longueira se ha quedado hace un tiempo con una imagen algo congelada del partido que él con tanta generosidad ayudó a construir y al que otros también sirven y conocen, algunos talvez mejor.

Lavín banalizó casi todo en la UDI y hoy no hay cómo meterlo en vereda; el riesgo ahora es que Pablo Longueira lo personalice y dramatice todo. Sin duda ésa no es su intención, pero la señal que ha dado a los electores del próximo 5 de julio ha sido tan personal como dramática: o votas por Coloma o te quedas fuera del proyecto. Mala, muy mala señal para un partido que necesita con urgencia a todos los mejores y al mejor Longueira.

Sí: Pablo Longuiera tiene muchos méritos, pero no es el único. Hay otros, no muchos pero sí suficientes, que lo equiparan en entrega y convicciones. Y que fueran muchos los dotados para conducir, era justamente una de las principales características del proyecto de Jaime Guzmán. ¿Habrá que lamentar, dentro un tiempo, que también eso se haya perdido en la UDI?

miércoles, 18 de junio de 2008

Gonzalo Vial

Celco (II): El último hecho
Gonzalo Vial

La semana pasada explicamos el desarrollo del caso Celco... la planta de celulosa de esta firma en Valdivia. Fue acusada, el año 2004, de dañar con sus aguas de desecho el humedal del río Cruces, extinguiendo el luchecillo, alimento de los legendarios cisnes de cuello negro que habitaban ese santuario de la naturaleza, los cuales por ello —se afirmó— habían perecido o abandonado el lugar.

Resumimos cronológicamente esta saga, que representó enormes perjuicios materiales y morales para la empresa dueña y también para la sociedad y el Estado. Todo al compás de una campaña ecológica estilo chileno, mezcla de acciones legales, insultos, despliegue mediático y violencia física.

Nos queda por explicar por qué y cómo ha terminado este caso, y quiénes son los responsables de los platos rotos (responsables que, naturalmente, no los pagarán).

Terminó el caso porque la Conaf (institución autónoma, pero del Estado) y la Secretaría de la Convención Ramsar (tratado que protege los humedales de importancia mundial) encargaron a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile un estudio sobre las causas de lo ocurrido.

El segundo informe de avance del estudio acaba de conocerse y sus conclusiones son claras: a) efectivamente la causa de lo sucedido fue la falta de luchecillo; b) ésta se debió a la concurrencia de tres factores físicos que afectaron el año 2004 al río Cruces y su entorno: bajo caudal, déficit de lluvias y tres eventos fríos con temperaturas iguales o inferiores a cero grado, y c) las aguas de desecho de la planta Celco no aparecen siquiera mencionadas en el informe de la Universidad de Chile.

La inmensa tempestad alrededor de esa planta industrial, pues, no tuvo ningún fundamento. Sería tentador dar vuelta la hoja, de no ser por los daños causados. Preguntémonos, pues, quiénes son los culpables de esas averías.

1. Primero que nada, los seudoecólogos que iniciaron el movimiento y le dieron su carácter agresivo y descalificador sin poseer —ahora está a la vista— suficiente respaldo científico. La ecología chilena, tan respetable, no puede dejar que tomen su nombre y la embarquen en insensateces energúmenos lanzadores de mierda (literal, no metafóricamente: ver columna anterior) que le causan sólo desprestigio. Los expertos serios, aunque creyeran —eventualidad que no era posible, supongo, descartar a priori— en la culpa de la planta, debieron separar aguas perentoriamente del juicio precipitado, la gritería y, sobre todo, las violencias verbales y físicas de los seudoecólogos.

Asimilables a violencias tales, los anuncios de boicot exterior a los productos de Celco. Por ejemplo, del presidente del Instituto de Ecología Política —¡qué nombre lindo y sonoro!—, aquí mismo (8 de junio de 2005). ¿Se retractará? ¿O fue apenas una irresponsabilidad de tantas?

Un párrafo del informe de la Universidad de Chile es sugestivo respecto a la colaboración prestada por esos personajes e “institutos” a su estudio:

“Llama la atención la BAJA PARTICIPACION DE LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES (ONG), puesto que éstas fueron las que denunciaron el problema...

Traducción: es fácil (y entretiene) armar escándalo en la calle, difícil (y aburre) investigar seriamente las cosas.

2. Luego, son responsables las autoridades políticas del más alto nivel, al tomar iniciativas y resoluciones, adoptar actitudes y formular declaraciones que —siendo muy lesivas para el prestigio e intereses de la empresa afectada— no se fundaron en hechos, sino en antecedentes incompletos. Es la maldición, hoy tan común, de anticipar juicio de un modo frívolo, por razones mediáticas, de “encuestas” y “popularidad”, políticas, etc.

Atención deshonrosa merece el grupo de parlamentarios —transversal a todos los partidos— que tomó el bando de los seudoecólogos con idéntica audacia e ignorancia. Llamaron “gravísima” la situación de Celco, pidieron comisión investigadora y aseguraron en conferencia de prensa que lo sucedido “afectaba la imagen internacional del país (!) y podía destruir la actividad lechera, agrícola y ganadera” (!!) (La Segunda, 8 de junio de 2005). ¿Vendrá una nueva conferencia de prensa para las disculpas de rigor?

3. CONAMA y sus COREMAS ratifican, con lo sucedido esta vez, su inefectividad. Son juguetes de las pasiones de abajo y órdenes de arriba. No tienen estructura ni personal para lo que se les pide. Su desidia es ya legendaria. Y penoso el terror que le infunden los seudoecólogos, y todo quien les hable golpeado (salvo las empresas que fiscalizan, naturalmente).

Recordaré que una de las alternativas para no verter aguas de desecho en el río Cruces era llevarlas por un ducto al mar cerca de Caleta Mehuín. El solo ESTUDIO de esta opción motivó que los buques respectivos fueran atacados a balazos por los pescadores locales los días 30 de noviembre de 2005 y 25 de julio y 17 de agosto del 2006. (La Tercera, 18 de agosto de 2006. El Mercurio, 3 de enero de 2007). Todo esto a la entonces directora de Conama, y hoy ministra del rubro, no la emocionaba en absoluto:

“Hemos seguido atentamente todos los hechos y escenarios... No corresponde que el servicio dé su opinión sobre los diversos aspectos que no tocan el tema ambiental”.

Pero a la empresa, sí... aplicarle el peso de la ley: “La compañía tiene la responsabilidad ...de generar una alternativa distinta a la que hoy día está empleando para el tratamiento de sus riles (aguas de desecho)” (La Segunda, l de septiembre de 2006). ¿Que no la dejan, a balazos, estudiar esa “alternativa distinta”? Que se las arregle, es cosa suya, no de Conama.

4. Hace años, la región de Valdivia se hallaba en un agudo estado de postración económica. Hacía falta actividad nueva. Los valdivianos, recuerdo, esperaban, como los judíos el maná en el desierto, la instalación de la planta Celco. Quizás me equivoque, pero no he advertido, de 2004 hasta hoy, ni de las autoridades ni de las “fuerzas vivas” de esa región —especialmente empresarios— ninguna defensa enérgica, ningún reclamo vigoroso por los vulnerados derechos de Celco.

5. Lamento tener que consignar que la “timidez” de los empresarios valdivianos, se reprodujo a nivel nacional. No recuerdo ningún gremio de empresarios que haya censurado el linchamiento sin juicio de los presuntos asesinos de cisnes.

En cambio, menudearon los mea culpa empresariales... referidos a Celco, por supuesto; no a quienes hacían las declaraciones. Que las empresas debieran tener una “cultura medioambiental”, estar atentas y afines al tema, establecer una comunicación constante y fluida con las comunidades potencialmente afectadas, y con las autoridades encargadas de la materia, etc. Incluso se criticó que un gerente fuera “pesado”, “prepotente”, etc. Nadie tuvo la honestidad de decir que todos esos aspectos se hallan expresa y detalladamente cubiertos por las leyes y reglamentaciones del ramo, y que a empresas y ejecutivos —livianos o pesados— sólo se les puede exigir que las cumplan.

Lo siento, pero este caso me recordaba y me sigue recordando el abandono total de los agricultores por los otros gremios de la producción, cuando los primeros fueron injusta y discriminatoriamente atacados por la reforma agraria.

P.D. Hermógenes Pérez de Arce descubrió y reveló en su columna mercurial un hecho estupefaciente: que la ministra de Corte que procesó a unos ex marinos por la detención-desaparición el año 1973 de un ciudadano norteamericano, decía en el auto de procesamiento que esta persona CONTINUABA DETENIDA EN DEPENDENCIAS DE LA ARMADA... TRES DECADAS Y MEDIA DESPUES.

Destaqué barbaridad tal en mi columna, y Pérez de Arce entendió que la estaba desmintiendo. No es así. El primer párrafo que molesta a Pérez de Arce, es uno que comienza: “No puede ser. Tiene que haber un error de copia...” —palabras obviamente irónicas— y su simple lectura deja clarísimo que condena la enormidad cometida, no la desmiente. Y en cuanto a la frase “de ser (la enormidad) efectiva”, su explicación es sencilla: yo no conocía ni conozco el fallo completo, sólo la cita que hizo Pérez de Arce, y en el resto del documento pudiera haber existido alguna atenuante del disparate, que le diera el carácter de error de pluma. Obviamente no lo había, ya que nadie lo ha hecho notar hasta hoy

Hago esta aclaración porque: a)deseo dejar claro que no desmentí a Pérez de Arce, sino que reiteré y amplifiqué su grave y asombrosa denuncia, la cual continúa en pie, y b) me entristece pensar que Hermógenes Pérez de Arce, a quien debo gestos de deferencia personal muy importantes, pueda pensar que quise ofenderlo.

martes, 17 de junio de 2008

Dos comentarios excelentes

Por una mejor educación
Raúl Torrealba (*)
¿Cuál es el mejor colegio para mi hijo? Ningún padre ha escapado en algún momento de sus vidas a esta interrogante. Pienso que la respuesta ha estado influenciada por algunos o varios factores académicos, valóricos, económicos, geográficos y sociales.

La libertad de decisión, finalmente, ha estado condicionada por cada una de las realidades socioeconómicas existentes en un nestro país. Aun así, lo verdaderamente importante e ideal es que cada cual pueda encontrar libremente el proyecto educativo que mejor lo interprete y que, en lo posible, coincida y colabore con la insoslayable misión de la familia en la educación de sus hijos. Nuestra Constitución fija un rumbo en ese sentido.

En efecto, junto con reconocer el rol familiar, dispone la obligación que pesa sobre el Estado de asegurar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional, lo que implica, entre otras garantías, el derecho a la educación. Pues bien, hoy nadie discute que nuestro país requiere de manera urgente una educación de calidad otorgada por el Estado. Sin embargo, las diferencias se encuentran en el cómo lograrlo. Lamentablemente, la Concertación no ha podido evitar ideologizar este tema so pena de poner en riego, incluso, numerosos proyectos exitosos.

Sin perjuicio de que es necesario seguir fomentando la educación privada y particular subvencionada, pienso que el gran desafío debe ser mejorar la oferta educativa estatal y gratuita, dígase municipalizada. Esto es, que esta última no sea necesariamente a la que sólo deben acceder aquellos que no han podido, por diversas consideraciones, elegir libremente el colegio a que aspiraban realmente para sus hijos, como ocurre hoy, salvo pequeñas excepciones.

El sueño, por una parte, es que en el futuro muchos padres opten voluntariamente por una educación pública, pues ésa sería una de las señales lógicas de que la calidad habría comenzado a funcionar, y por otra, garantizar a aquellos que no están en condiciones de elegir un colegio para sus hijos que la educación y cobertura ofrecidas por el Estado les permitirán igualdad de oportunidades en su desarrollo futuro.

Lograr aquello implica, esencialmente, volcar la mirada al profesorado. Invertir en capital humano, a fin de que sobresalgan y se destaque a aquellos profesores con real vocación y capacidad. En definitiva, crear los incentivos económicos que premien a los capaces y terminen con la actual inamovilidad y un sistema de evaluación absolutamente permisivo y mediocre. En materias educativas, evitar excesivas regulaciones, dar espacios a la creatividad y a la innovación de acuerdo con las realidades y necesidades de cada zona de nuestro país.



Son muchos millones los que Chile ha invertido en educación en los últimos años, con magros resultados. Sin desatender ni desmejorar las otras alternativas de educación, concuerdo con que es hora de ofrecer a los padres de los sectores más desposeídos del país una alternativa que les permita también tener una respuesta digna a la pregunta ¿cuál es el mejor colegio para mi hijo?

(*) Raúl Torrealba, el ex guatón, es el actual Alcalde de Vitacura.

Libre competencia y derechos constitucionales
José Ramón Valente

Alan Greenspan, en su famoso artículo sobre “Antitrust”, sostuvo que la legislación sobre libre competencia se asemeja a “Alicia en el país de las Maravillas”, en el sentido de que, analizado desde esa disciplina, resulta altamente impredecible el resultado de cualquier actividad económica. Precios bajos pueden ser sancionados por precios predatorios, precios similares pueden ser sancionados por colusión y precios altos por rentas monopólicas. Suma y sigue, un mercado en equilibrio puede estarlo por ser altamente competitivo (equilibrio de Nash) o como resultado de una colusión, y en esto los economistas pueden especular al infinito sobre las razones detrás del equilibrio.

Muestra de esta esquizofrenia económico/jurídica es que en Chile cuando hay diferencias de precios, el Sernac las denuncia como escandalosas, pero cuando los precios son similares la Fiscalía Nacional Económica las persigue por colusivas. ¿Cómo se entiende que dos organismos del Estado denuncian por conductas que uno fomenta y el otro persigue, o viceversa?

En este orden de ideas, derechos constitucionales básicos y cuyo respeto ha tomado generaciones se ven amagados en aras de la libre competencia. La igualdad ante la ley: lo que una empresa con una participación de mercado importante no puede hacer si lo puede hacer una chica; el derecho de propiedad: accionistas se ven impedidos de vender sus acciones libremente si es a un competidor o una empresa complementaria, o ven cercenado su derecho a voto en el caso de una fusión si ello contribuye a fusionarse con un competidor; la libertad de realizar actividades económicas, etc.

El caso D&S/Falabella, con independencia de la opinión que cada uno tenga, significó en la práctica una pérdida de valor de las acciones, y con ello una pérdida para los accionistas a favor de la libre competencia futura que se estima superior a 1.000 millones de dólares. La Constitución y la Ley Orgánica de Expropiaciones se fundaron sobre la idea de que el sacrificio del bienestar individual para satisfacer el bienestar común es ilegitimo sin previa indemnización, de manera que el bien común lo financie la comunidad en general y no el sacrificio individual. Este concepto, sin embargo, parece no tener aplicación tampoco en materias de libre competencia.

Para aquellos que creemos que los mercados son órdenes espontáneos que se desarrollan en forma impredecible a través de un forma democrática de participación, en que miles de millones de personas toman libremente decisiones todos los días y a toda hora, la idea de que el Estado pueda predecir ese futuro y tomar decisiones regulatorias que afectan ese proceso libre y espontáneo de evolución y desarrollo nos parece francamente preocupante.

Como sociedad, debemos asumir los riesgos de extremar la defensa de la libre competencia, porque los remedios pueden ser mucho peores que la enfermedad.

En este contexto se encuentra en nuestro Congreso Nacional un proyecto de ley que apunta exactamente en la dirección incorrecta de lo que se necesita. Lo que se debe modificar en la actual legislación de libre competencia es el sistema de consulta, creando un procedimiento de interacción más expedito entre el tribunal y el consultante y abriendo la consulta a cuestiones más simples pero no menos importantes, como sistemas de precios, distribución y similares que a veces son meros proyectos dentro de las empresas que no pueden tener el grado de exposición y publicidad que hoy tiene el procedimiento de consulta. Lo que no debemos hacer es seguir la ruta de encarecer multas ya enormes (App US$ 15.000.000.) o facultar al Estado para que ahora, amén de amagar garantías económicas amague las personales, grabando conversaciones, interviniendo teléfonos o entrometiéndose en la correspondencia de e-mails de las empresas, como se contiene en el proyecto de ley del Ejecutivo.

(Ambos comentarios han sido tomados de Diario La Segunda)

lunes, 16 de junio de 2008

País de contrastes

País de contrastes
Karin Ebensperger


Curiosa es la sociedad norteamericana. Al elegir el Partido Demócrata al primer candidato presidencial negro de la historia de EE.UU., ese país demuestra una vez más su capacidad de reinventarse. Barack Obama representa una actitud de superación personal, y muy en sintonía con las tecnologías de la sociedad de la información globalizada.

Pero en esa misma campaña que catapultó a Obama como líder demócrata, quedó en evidencia el otro EE.UU., el de los predicadores, el de las expresiones pseudorreligiosas extremas, que obligaron tanto a Obama como a su rival republicano, John McCain, a alejarse de sus influyentes mentores espirituales por sus diatribas inaceptables.

Y es que sólo en EE.UU. se dan batallas como la que existe, por ejemplo, entre creacionistas y evolucionistas, es decir, entre los partidarios de la idea del "Diseño Inteligente", que sólo acepta una explicación divina del origen del mundo, y los darwinianos, que sin negar a Dios aceptan los postulados del autor de "La Evolución de las Especies".

A diferencia de otras sociedades occidentales, en que esa discusión se limita a un ejercicio intelectual sin negarse mutuamente, en EE.UU. los neocreacionistas han recaudado millonarios recursos para neutralizar el impacto que tendrá en 2009 el bicentenario del nacimiento de Charles Darwin (1809-1882).

A tal punto ha llegado esa disputa, que en una decena de Estados han existido juicios sobre el tema, y se discute cómo plantearlo en los colegios. Si no fuera por la Primera Enmienda de la Constitución, que prohíbe a los Estados imponer una religión, hoy muchas escuelas públicas en EE.UU. no podrían instruir sobre Darwin y su Teoría de la Evolución, aunque el propio naturalista inglés fue cristiano devoto.

Toda esta reflexión para explicar lo difícil que es ser candidato en el melting pot estadounidense, en que coexiste lo más innovador y lo más retrógrado. Sin considerar esos extremos, la campaña presidencial entre Obama y McCain promete ser interesante, pues representan dos visiones de EE.UU. muy distintas, y otro concepto de cómo revivir la economía.

Obama ya prometió una expansión de subsidios y aumentos de impuestos a los más ricos para reducir desigualdades, mientras McCain anunció menores regulaciones, gastos gubernamentales e impuestos para estimular el crecimiento.

Es de esperar que desde sus diferentes posiciones ofrezcan iniciativas elevadas para enfrentar desafíos mundiales como el de la energía o los alimentos. Un Presidente de EE.UU., como ningún otro, puede contribuir a solucionar o a exacerbar las turbulencias mundiales.


(Articulo tomado de El Mercurio, viernes 13 de junio de 2008)

sábado, 14 de junio de 2008

Lecciones de educación superior en California

Lecciones de educación superior en California

GONZALO VARGAS OTTE
Rector Universidad Tecnológica de Chile Inacap

Se ha firmado el acuerdo Chile-California, con la participación de la Presidenta Michelle Bachelet y del gobernador del estado de California, Arnold Schwarzenegger. Uno de sus ejes está en la educación superior, tanto técnica como universitaria, y en el desarrollo tecnológico estrechamente vinculado a la formación de capital humano avanzado. California es una de las economías más desarrolladas del mundo. Aunque es un estado con importantes recursos naturales, como Chile, la base del éxito de su desarrollo económico ha estado en el fomento de la tecnología y la innovación, para lo cual el activo más importante es una población altamente capacitada.

El desarrollo del capital humano de California no ha sido un accidente. Hace 48 años -en 1960-, el estado de California estableció el Plan Maestro de Educación Superior, tendiente a lograr una cobertura universal de educación superior de calidad. Para ello definió la existencia de tres sistemas de educación superior estatal, articulados entre sí.

Primero, el California Community College System -que en la actualidad cuenta con casi un millón y medio de estudiantes en más de 100 campus- imparte programas de hasta dos años de duración, orientados al trabajo y también a la posibilidad de continuar estudios en las demás instituciones del sistema. Los centros de formación técnica serían su símil en el sistema chileno. En segundo lugar, la Universidad del Estado de California -que cuenta actualmente con 450 mil estudiantes en 23 campus-, orientada fuertemente a la docencia de pregrado y a posgrados de carácter profesional. Como el sistema universitario más grande de los Estados Unidos, la Universidad del Estado de California es reconocida por su aporte fundamental en investigación aplicada y por la preparación de sus profesionales. Finalmente, la Universidad de California -con 10 campus y más de 200 mil estudiantes- está pensada como la universidad más especializada en el desarrollo científico, lo que también se refleja en su alto prestigio y en que un tercio de sus estudiantes sigue programas de posgrados. La clave de este sistema está en la posibilidad de los alumnos de transitar de un nivel a otro e ir adquiriendo competencias de acuerdo con sus posibilidades y con las demandas del mercado. El sistema permite comenzar con programas de dos años para luego continuar con las licenciaturas y posgrados. De hecho, cada año más de 70 mil estudiantes se transfieren desde los community colleges a otras universidades.

Así, California cuenta con una población de dos millones de estudiantes en educación superior en el sistema público, el que ha sido analizado y planificado por casi cincuenta años para dar respuesta a los requerimientos y desafíos de su desarrollo.

El contraste con el modelo chileno es evidente en al menos tres aspectos críticos. De los más de 700 mil alumnos que tenía la educación superior chilena en el año 2007, alrededor del 10% seguía estudios de dos años en centros de formación técnica, el 20% en institutos profesionales, y casi el 70% en universidades. Con asombrosa exactitud, pero al contrario de lo que ha hecho Chile, en California el 70% de los estudiantes del sistema está en el Community College System, alrededor del 20% en la California State University, y el 10% en la University of California.

Segundo, en la tradición chilena quienes siguen programas de dos años -los mal llamados "técnicos"- han tenido escasas oportunidades para continuar desarrollándose profesional y académicamente en instancias más avanzadas. Tercero, en Chile existe poca información acerca de las necesidades actuales y futuras de formación avanzada. Paradójicamente, es cada vez más evidente la existencia de profesiones con mercados laborales saturados, mientras que los sectores más dinámicos reclaman consistentemente la falta de profesionales para su crecimiento.

A la luz de la experiencia californiana, el desafío para la educación superior en Chile no está sólo en el aumento de cobertura o del financiamiento, ni en la discusión acerca del papel de las universidades tradicionales versus las privadas, ni en los sistemas de acreditación de calidad. Se trata de todo esto, pero por sobre todo de repensar las opciones que ofrece el sistema de educación del país y considerar el desafío de una mejor articulación entre los distintos niveles de formación profesional para dar respuesta pertinente a las necesidades del desarrollo. Sólo de esta forma se hará realidad el desafío simultáneo de una educación superior masiva y de calidad.

N de la R: Consideramos de por ser de plena actualidad era necesario publicitar este articulo de Vargas Otte, Ing. Agrónomo , UC, Master en Administración de Empresas y Master en Economía Agraria de la Universidad de California, este profesional destacó como Gerente General de Paz Ciudadana.

viernes, 13 de junio de 2008

Evaluación de jueces

Evaluación de jueces

Los diputados Walker (DC) y Monckeberg (RN) han propuesto que un órgano externo evalúe el desempeño de los ministros de la Corte Suprema. Este planteamiento ha sido rechazado por dicha corte y por diversas instancias que coinciden en que eso afectaría la independencia judicial.

Según el vicepresidente del Colegio de Abogados, Juan Luís Ossa, "el Poder Judicial debe mantener a toda costa su independencia", aunque también debe crear mecanismos más eficaces para fiscalizar y controlar a sus miembros. El decano de la Facultad de Derecho de la U. de los Andes, Hernán Corral, estima muy riesgoso que se pueda afectar la imparcialidad y la neutralidad de los jueces frente al resto de las autoridades públicas. "Un órgano administrativo que maneje la calificación de los jueces" no es deseable, pues, "como se ha visto en experiencias extranjeras, existe el riesgo fuerte de que ese organismo se integre de acuerdo a coordenadas políticas que terminan dirigiendo la selección y promoción de los magistrados". El decano de la Facultad de Derecho de la U. Diego Portales, Juan Enrique Vargas, entiende "la legítima aspiración ciudadana por ejercer control, pero en ciertas estructuras no funciona". A su juicio, eso debería resolverse mediante "más transparencia y una rendición de cuentas muy fuerte". Héctor Hernández, académico de la U. Alberto Hurtado, observa que "el problema es qué, cómo y quién evalúa. Primero hay que establecer cuándo un juez lo hace bien o mal, bajo qué parámetros, pues los jueces están para administrar justicia y no para fallar según lo que sea más favorable a la opinión pública". Similarmente, el especialista de Libertad y Desarrollo José Francisco García advierte que "si se piensa en un Consejo Judicial o de la Magistratura", en otros países ellos han "empeorado los problemas que quieren solucionar".

En contrario, la directora de la Asociación Nacional de Magistrados, Francisca Zapata, estima que "el sistema de calificaciones del Poder Judicial no tiene arreglo y debe eliminarse", para reemplazarlo por un sistema de evaluación con "pautas técnicas modernas y objetivas", que deje en manos de un organismo de integración mixta la tarea de evaluar a los jueces.

Para la opinión pública, este tema puede parecer algo distante, pero sus repercusiones podrían alcanzar a todo el ordenamiento institucional. La inmensa mayoría concuerda en que el Poder Judicial chileno necesita una modernización completa, pues la realidad nacional y mundial es ya muy distinta de la del siglo XIX, cuando se estructuró lo esencial de aquél, que se ha mantenido sin más reformas mayores que la procesal penal, en la última década. Pero el mundo político -y, en menor grado, el académico- no ha destinado esfuerzos sistemáticos a formular una propuesta alternativa, que dé garantías de independencia, eficiencia, imparcialidad y fácil acceso a todos los sectores. Incluso si se adoptara una reforma como la del órgano externo de evaluación, eso no equivaldría a modernizar el Poder Judicial, sino que sólo injertaría en el antiguo un elemento extraño. La intención de los parlamentarios proponentes es atendible, pero el objetivo buscado requiere un estudio mucho más amplio y una reforma integral.

Nota de la Redacción:
Hemos tomado este artículo de Diario El Mercurio por considerar que además de ser un tema de plena vigencia es una necesidad imperiosa, porque la judicatura está demostrando una increíble falta criterio e idoneidad, esto, sin referirnos a los juicios de valor que nos merecen algunas de sus actuaciones.

Contra algunas interpretaciones nosotros distinguimos claramente la diferencia que hay entre evaluaciones e independencia, pues las primeras solo miden desempeño y productividad, la segunda es la esencia de la democracia.

Pensamos, por los riesgos que tiene el sistema, la dependencia que tiene del Ejecutivo por el financiamiento y los ascensos a los cargos superiores, que el tema debe tener una amplia discusión en la sociedad, pues, las discrecionalidades que vemos a diario solo desprestigian al sistema.

La única sugerencia que haríamos a los distinguidos señores Parlamentarios es que las evaluaciones hay que ampliarlas a todo el poder Judicial, pues, pensamos que los “errores” reiterativos deben estar indicándonos algo.

(Imagen Corte Suprema tomada de : Wikipedia)

jueves, 12 de junio de 2008

Hermógenes Pérez de Arce y Gonzalo Rojas Sánchez, dos chilenos de valor.

Ya les decía yo
Hermógenes Pérez de Arce
El 7 de junio de 2006, cuando se anunció la Comisión de Educación, vaticiné: "(La educación) empeorará, pues se fortalecerá la enseñanza estatal (la de peores resultados), restándole libertad de emprender a la particular (que registra los mejores)".

Pero va a resultar todavía peor, pues la primera indicación del Ejecutivo al proyecto de reforma, que acorta el plazo para impedir a los chilenos trabajar libremente en educar (la prohibición del lucro en la enseñanza equivale a eso), ha sido hasta aceptada por la Alianza, pese a que viola el art. 19 N° 11 de la Constitución, que consagra para "todas las personas" el "derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales". Y también viola el N° 16 del mismo artículo, que garantiza y protege la libertad de trabajo.

También la segunda indicación del Gobierno rompe el acuerdo y apunta a liquidar la enseñanza privada, pues establece que "el Estado financiará un sistema de educación pública... que asegure el acceso a toda la población". Es la nueva ENU, Escuela Nacional Unificada, contra la cual se alzó la mayoría de los chilenos bajo la UP. Pues era, al igual que la indicación, un proyecto totalitario apuntado a someter a "toda la población" a un sistema de enseñanza estatal. Por suerte, la Alianza se ha opuesto a la indicación.

¿Cuántas veces les he advertido a los chilenos que lo único que se puede esperar de un gobierno socialista es más socialismo, es decir, menos libertad? La prueba Simce ha confirmado que, sin libertad, la educación no progresa, pese a haberse cuadruplicado el presupuesto desde 1990. La Concertación tuvo el heroísmo de participar en la prueba internacional TIMSS hasta hace unos años. Entre 38 países, Chile quedaba 35°, superando a Filipinas, Marruecos y Sudáfrica. Así que el Gobierno prefirió arrancar de ahí.

Hace dos años, yo les recomendaba a los chilenos suprimir el Ministerio de Educación y darles los dos billones de pesos anuales que costaba a los padres de familia pobres, en forma de "vouchers" que les permitieran acceder a una excelente educación particular para sus hijos, en el colegio que eligieran. Pues bien, ahora el presupuesto del Ministerio es de 3,3 billones de pesos, pues aumentó más de 15 por ciento ("El Mercurio", 29-09-07, p. B-2). Dejando fuera al 10 por ciento de familias ricas, que no necesitan ayuda, el resto podría tener un "voucher" de unos 110 mil pesos mensuales por alumno (tres veces más que la actual subvención a la educación particular gratuita) para ir a un colegio de calidad de su elección. ¡Educación particular pagada, que es la que ofrece los mejores resultados, para todos los chilenos!

¡La plata está ahí! ¡Quítensela a la burocracia, a las ONG izquierdistas, a los asesores concertacionistas, a los profesores flojos, apernados y politizados, y dénsela al pueblo trabajador y explotado por el Estado!

Pues sepan ustedes que el Estado se ha quedado con el 60 por ciento de la mayor riqueza generada por el alto precio del cobre desde 2004. El 28 por ciento fue para los trabajadores y sólo el 12 por ciento para las empresas ("El Mercurio", 02-09-07, p. B-3).

Pero yo sé que ustedes no me harán caso. Es uno de los peores defectos de los chilenos. Si me lo hicieran, habría también "vouchers" para elegir libremente la salud, todos podrían libremente emplear y emplearse, y no habría cesantía. Y con el resto de la plata del "gasto social" (y si no alcanza, se baja a cero el superávit estructural) habría de más para financiar un impuesto negativo (un subsidio) que no dejaría a ningún chileno bajo la línea de la pobreza.

Pero, por mentalidad, Chile está condenado al socialismo. Con su pan se lo coma.



Caníbales en Nazino, Siberia
Gonzalo Rojas Sánchez

Los comunistas han sido siempre tan magistrales para manipular la información como carepalos para sincerarse cuando comprenden que, por desidia o temor, nadie los enfrentará.
Lo primero lo vienen logrando desde el mismo 12 de septiembre de 1973, presentando su organización y su lucha armada como resistencia de inocentes víctimas a una dictadura atroz. Y han tenido éxito, tanto en el mundo entero como en el Chile hermogeniano de los cerebros lavados.
Lo segundo acaban de practicarlo con su entusiasta elogio de Tirofijo Marulanda, uno de los mayores criminales de la historia de América, a quien el PC chileno glorificó días atrás elevándolo al panteón de Lenin, Stalin y el Ché.
Stalin, qué palabra que los incomode más. Lo puede comprobar cualquier interlocutor de los gélidos comunistas chilenos. Dígales Stalin, y verá fluir en ellos sangre de incomodidad y de angustia. En estos días, dígales además Nazino, sí, Nazino, en Siberia, pero esta vez quizás no verá reacción alguna.
Explíqueles entonces que en el libro del 2007 "Isla caníbal, muerte en el Gulag soviético", Nicolas Werth ha podido concretar una de las más notables investigaciones recientes sobre el genocidio comunista en la URSS. Fue en Nazino, exactamente hace 75 años, donde se abandonó a su suerte a unos 10 mil deportados, los que formaban parte del plan de 1 millón que la OGPU (lea KGB) se había propuesto reubicar en Siberia Occidental y Kazajtán entre 1933 y 1934.
Ahí, sin más alimento que harina cruda, sin más agua que la de los ríos circundantes, miles de personas abandonadas murieron de hambre, algunos incluso después de haber sobrevivido gracias al canibalismo. El Gulag tuvo campos de trabajo forzado donde millones de personas dejaron sus vidas; tuvo también colonias de deportación donde millones fueron obligados al desarraigo más brutal. Pero tuvo además a Nazino, donde una decena de miles de seres humanos, sufrieron "la sangrienta implementación de una utopía, de una vasta empresa de ingeniería social, de planificación burocrática y policial que quería purificar y limpiar algunos espacios urbanos soviéticos de los elementos socialmente dañinos", en palabras del propio Werth.
Ahí, en la desconocida Nazino, tuvieron lugar "regresiones y transgresiones como resultado de un verdadero proceso de descivilización", agrega Werth. Ahí en Nazino, concluyamos, el comunismo mostró toda su terrible barbarie.
Hoy que se cumplen los 75 años de Nazino, se comprueba que el material disponible para consignar a los comunistas como los grandes asesinos de la historia, no se acaba nunca, pero que muy pocas personas están dispuestas a mantener esa lucha por la verdad histórica.
Tranquilos. Nazino puede ser algo desconocido, pero ya se acerca el 20 de agosto, la conmemoración de los 40 años de la invasión de Checoslovaquia en 1968. Tranquilos, porque el PC chileno va a tener que dar muchas explicaciones sobre Praga 68, aunque de Nazino diga ignorarlo todo.


Acount