jueves, 4 de diciembre de 2008

Dos comentarios de lujo, para no perdérselos

Nueva automoribundia de la derecha

Hermógenes Pérez de Arce

 

La derecha muere cada cierto tiempo, pero después resucita. Ahora está a punto de morir de nuevo, lo que sucederá si la UDI renuncia a tener candidato propio. A comienzos de los años 90, dirigentes de RN decían que la UDI iba a desaparecer, por su identificación con el gobierno militar. Fue al revés. Creció y sobrepasó a RN el año 2000. En 2001 se convirtió en el primer partido del país, con 25,18 por ciento, contra 13,77 por ciento de RN. A diferencia de ésta, no había "tomado distancia" del gobierno militar y tenía liderazgo presidencial propio (Lavín.)

Pero en 2005 éste "empezó con cosas". Por ejemplo, "si hubiera sabido, habría votado 'No' en el plebiscito del 88". Y se desinfló. Pero, desinflado y todo, al menos la UDI tenía presidenciable propio. Claro, ella bajó a 22,36 por ciento en 2005, pero todavía bastante más arriba que el 14,12 de RN, liderada por Piñera.

Lamentablemente, después la UDI perdió hasta a ese líder "desinflado", al proclamarse Lavín "bacheletista-aliancista", algo incomprensible e insostenible. Entonces Piñera quedó, "por default", como el único candidato en la Alianza. Como consecuencia, ahora, en 2008, la UDI acéfala bajó al 15,09 por ciento, siendo superada por RN con 16,11 por ciento. (Todas las cifras anteriores sacadas del estudio Moraga-Mihovilovic, "El Mercurio", 30.11.08, p. D-21.) 

Según la diputada Isabel Allende, cobro pensión como diputado exonerado el año 73. Falso. Nunca he recibido nada.

Y, así, en todas partes leemos que en su congreso del próximo día 12 apoyará a Piñera, su antípoda. Éste el 80 votó "No" a la Constitución inspirada por el fundador de la UDI; el 88 votó "No" a la continuidad democrática del gobierno militar, apoyada por la UDI; en los 90 votó a favor de los negativos proyectos tributario y laboral de Aylwin, impugnados por la UDI, y en el Senado contribuyó a destituir a un ministro de la Corte Suprema, defendido por la UDI e inconstitucionalmente juzgado por aplicar la amnistía. Piñera colaboró así a consumar la venganza demo-marxista contra los uniformados que frustraron el proyecto totalitario.

Yo estoy consciente de que, en esta automoribundia derechista en curso, se ha producido un "efecto rebaño". Lo palpo en lo que gente de derecha me dice y escribe. Ella quiere "cerrar filas" tras Piñera, como alternativa a la Concertación. "Es lo que hay", arguyen. Pero es lo más parecido a la Concertación que hay fuera de ella. 

Me recuerdan el año 64, cuando la derecha en masa se abalanzó a apoyar a Frei Montalva para impedir el triunfo de Allende. Resultado: en la elección parlamentaria del 65 fue borrada del mapa y Frei (que es un ídolo para Piñera) le pavimentó el camino a Allende. Este mismo efecto rebaño había estado a punto de fructificar el año 58, pero entonces surgieron dos figuras señeras: Juan Antonio Coloma (abuelo del actual), en el Partido Conservador, y Raúl Marín, en el Liberal. Dominaron al rebaño, evitando que se fuera con Frei. Así lograron elegir Presidente a un hombre de derecha, Jorge Alessandri. ¡Cuánta falta hicieron Coloma y Marín 64! ¡Cuánta falta hacen hoy! Pero en la UDI quedan reservas. Léase Kast y Matthei. La UDI está en la UTI, pero no muerta.

Post scriptum:

La diputada Isabel Allende me reprocha una supuesta "conducta antiética" ("La Tercera", domingo). Según ella, cobro pensión como diputado exonerado el año 73. Falso. Nunca he recibido nada. Pero aprovecho de hacerle a ella un reproche ético, por haber cobrado el bono indemnizatorio de 10 millones de pesos de 1994 por la muerte de su padre ("El Mercurio", 05.04.06), como si hubiera sido víctima de los militares, siendo que se quitó la vida por su propia mano. En plata, son unos 19 millones de pesos de hoy. En un gesto ético reparatorio, que el país aplaudiría, podría donarlos a una obra benéfica.

Aristocracia juvenil

Gonzalo Rojas Sánchez

 

Entre esa juventud idealizada -simplemente porque martillea con frenesí mediaguas de emergencia- o aquella rechazada -porque poncea grotescamente en cada parque disponible- hay otras muchas, silenciosas y verdaderamente eficaces.

Jóvenes bomberos o scouts, deportistas o artistas, políticos o empresarios. Y por cierto, como caso especial, los ayudantes universitarios: qué gran especie, qué importante subconjunto, qué decisiva aristocracia.

A-ris-to-cra-cia. Sí, los mejores. Esos tipos que ya a los 21 o 22 añitos marcan presencia con una humanidad encandilante, aunque todavía sean casi pura potencia y uno que otro acto. Los aristos, los mejores. 

Porque para elegir a los ayudantes en las Universidades -y estas corporaciones son la vanguardia de la formación de elites para el país- los profesores deben, debemos, hablar de aristocracia. No faltan los timoratos que prefieren llamarlas meritocracias, pero bien se sabe que es por complejo. Más vale la vieja terminología griega: los aristos, los mejores, y punto. 

¿Un caso concreto? Seis ayudantes de una asignatura en la PUC.

Francisco, el más antiguo. Ya es periodista; viene de Puerto Montt; parece tímido, le gusta el rock, se fija, se fija, siempre dispuesto a las tareas menos gratas, exige con paciencia. 

La Catalina sub uno, cuarto de Derecho, sutil, constante, escribe comentarios largos en cada ensayo corregido, atiende con afecto a cada alumno, es maternal.

La Catalina sub dos, casi bioquímica, la única exalumna de la asignatura que ha obtenido notas 8 (y varias veces, por lo que su promedio final fue 7.1), se niega a desarrollarse para llegar a ser Premio Nacional de Literatura: no importa, va a ser Premio Nacional de Ciencias. 

Jorge Andrés, cuarto de Derecho también, metódico, cordial, a cada alumno (le corresponden unos 30) lo ha ido conociendo más y más; cuenta con satisfacción cómo algunos han mejorado.

Y la dupla de ¡Medicina! Sí, dos ayudantes de Medicina en un ramo de Humanidades. Para ellos, dicen, el momento de gozo de la semana es trabajar en la asignatura. Alvaro, de cepa hispánica, alegre, entusiasta, anima y exige, abre la imaginación. Y la Carla, mezcla potenciada de sangre judía y alemana, especie poderosa de fémina tierna y mordaz a la vez, genera un ambiente de inteligencia creativa. Y, además, es azul-azul.

¿Y cómo fueron elegidos? Por cooptación: el profesor optó por ellos, en reñido concurso entre varios similares, o simplemente porque las vacantes coincidían con el número de postulantes. ¿Y quiénes pudieron presentarse? Sólo los excelentes: discriminación evidente y no arbitraria

Aristocracia, la verdadera e imprescindible aristocracia.

Acount