Historia de un frustrado magnicida
Mario H. Concha Vergara
Por su parte, el presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció el jueves 16 de abril que había sido desarticulado un atentado en su contra luego de un confuso episodio que incluyó operativos policiales, allanamientos y terroristas muertos y detenidos. Todo esto ocurrió un día después del ataque con dinamita contra la casa del cardenal Julio Terrazas, principal autoridad católica en el país del altiplano.
Desde Venezuela, donde asistía a la cumbre del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas), Morales señaló que “estaban planificando acribillarnos”, en alusión a él, al vicepresidente y al ministro de la Presidencia. En tanto, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, líder de la oposición a Morales, denunció un “burdo montaje” armado por el Gobierno.
La prensa boliviana informaba que en la madrugada del jueves, las fuerzas de élite bolivianas habían dado muerte a tres presuntos delincuentes y habían detenido a otros dos; los cinco estaban relacionados con el atentado contra el cardenal Terrazas. No obstante, luego de una serie de allanamientos, se encontró un arsenal de armas de grueso calibre y explosivos en el pabellón que alquila la Cooperativa de Telecomunicaciones Cotas ubicado en la Feria Exposición de Santa Cruz.
En realidad los hechos son que en la madrugada del 16 de abril, las fuerzas de élite bolivianas, junto a miembros del ejercito venezolano y del G2 cubano, dieron muerte a tres `personas en un hotel céntrico de Santa Cruz. Los abatidos fueron el rumano Mayarosi Ariad, el irlandés Duayer Michel Martin y el boliviano-croata-judío, Jorge Hurtado Flores y hubo dos detenidos quienes serían un húngaro y un boliviano. (Clarin.com).
La reacción de los países que perdieron a sus súbditos en la refriega policial, no se hizo esperar. Éstos, sin esperar un informe detallado de la situación, ni saber realmente los pormenores del enfrentamiento, manifestaron sus dudas al gobierno de La Paz. Irlanda, Croacia y Hungría habrían manifestado que los “asesinados” eran solamente deportistas que se dedicaba a los juegos de guerra.
Este periodista pudo averiguar, con sus contactos en Europa y Argentina, que al menos uno de los muertos si era un espía profesional, y éste, había trabajado para las policías secretas de varios países europeos.
Según nuestro informante, él sabía que su ex amigo moriría de esa forma o en Venezuela o en Bolivia. Jorge Hurtado Flores, a los 16 y 17 años de edad fue traductor del terrorista Carlos Ilich Ramírez, actualmente condenado a pena perpetua en Francia, hermano del Ministro de Petróleo de Venezuela Rafael Ramírez, el hombre más poderoso en ese país después de Hugo Chávez. También, trabajó como informante y traductor de la policía de Hungría comunista. Fue uno de los últimos secretarios de la Juventud Comunista húngara, y con el cambio de régimen, dice mi informante, se dio totalmente vuelta la chaqueta y se acercó al Opus Dei en España, para quienes trabajó como periodista. Después se fue de corresponsal a la guerra de los Balcanes para un diario español ligado a la derecha de ese país. En Croacia se incorporó al Ejército y allí llegó a ser el comandante de la Legión Extranjera (la mayoría de juventudes neonazis en Europa), terminada la guerra, finalizó como coronel del Ejercito Croata (donde había terminado como oficial de Guardia Frontera; antes de eso, dice nuestro informante, quien además era muy allegado a su familia, “hubo un gran escándalo en la familia del cual yo fui partícipe cuando con su hermana encontramos un papel en uno de sus libros en donde enumeraba como a los 18 años de edad se había acostado con más de diez hombres diferentes; obviamente, allí descubrimos también que era homosexual.
Mi informante, sobre la vida de este terrorista dice: “Yo era, prácticamente, de esta familia judía-croata-boliviana y comunista aquí (en Budapest); allá en Bolivia, fueron vecinos del dictador H. Banzer y el papá fundó la Escuela de Arquitectura de Santa Cruz, participó con las armas en la mano en la Revolución de Paz Estensoro, emigró a Chile en tiempos de la UP arrancando de una dictadura en Bolivia, los recibió en Arica el senador comunista Volodia Teltelboim. A sus abuelos Rosenstein Obermayer, los mataron en Polonia en la II Guerra Mundial. Ayudó, también, a sobrevivientes de la guerrilla del Che a llegar a Chile”.
“Eduardo, vivió también en Israel, en un Kibutz, admiraba en su juventud a Stalin, su pieza estaba llena de fotos, estatuas de Stalin y el fundador de la Checa. En la entrada de su habitación decía: prohibido entrar a Trostkistas, Maoístas, etc… (Es decir, a todos los que él consideraba anticomunistas o traidores)”.
“En su edificio en la calle Ajtosi Dürer Nº.5 de Budapest vivían personalidades como, por ejemplo, el famoso pianista Mihály Becher, judío, profesor de la Academia de Música y el general ruso del cuerpo de ejercito de toda esta región. Nos visitábamos”…
“Esto último lo cuento para comprobarte que sobre “el muertito” sé mucho, o demasiado. Estoy seguro, segurísimo, que con justa razón se lo echaron”.
El ocaso de una dictadura
Marcelo Ostria Trigo
No se trata de debatir si la historia se repite. Ya lo hicieron, en el siglo XX, el alemán Oswald Spengler y el inglés Arnold J. Toynbee, y ahora siguen en ello los historiadores actuales.
Sin embargo, es posible percibir que hay ejemplos en Latinoamérica que muestran tendencias históricas varias veces reiteradas. Una de ellas es que la desaparición de un dictador acarrea el fin de una dictadura, o la inevitable transformación de un régimen despótico en gobiernos menos represivos que ofrecen mayor libertad. Generalmente sobreviene un intento democrático.
Rosas, Melgarejo, Batista, Trujillo, Pérez Jiménez, Somoza, Duvalier, y una larga lista de tiranos, no dejaron imperios de despotismo; los andamiajes de sus regímenes se esfumaron con su caída. Pero es cierto, algunos de los sucesores de estos dictadores simplemente cambiaron de rumbo, pero no de métodos brutales. Pero también cayeron.
En América Latina, las cosas han tomado un distinto rumbo. Hasta hace poco, los golpes de estado, la mayoría feroces y cruentos, entronizaron a tiranos. Ahora, la autocracia nace de elecciones. Así, surgidos de la voluntad mayoritaria ciudadana, los populistas encaramados en el poder, ofrecen cambios que, en esencia, crean nuevas condiciones para la dictadura.
Todo esto viene a cuento, por la declaración ante la comisión de relaciones del senado norteamericano de la secretaria de Estado del gobierno del presidente Barack Obama: “… Hillary Clinton afirmó este miércoles (22.04.2009) que el régimen cubano “está finalizando” y destacó las diferencias existentes entre el presidente Raúl Castro y Fidel, su hermano y ex líder en la isla de gobierno comunista. “Creo que es un régimen que está finalizando”, agregó Clinton. “Un día terminará y debemos prepararnos”.
En efecto, pese a los delirantes apoyos de sus aliados Hugo Chávez, Evo Morales, Andrés Ortega y el escurridizo Rafael Correa, el comunismo cubano languidece, ahogado por una cruda e inocultable realidad: su fracaso. No brindó libertad y mejores condiciones de vida. Las carencias básicas y la represión son las constantes en la vida en la “Perla de las Antillas; sin derechos democráticos para sus ciudadanos. El castrismo, en su ocaso, se enfrentará a la realidad: no hay dictaduras eternas ni milenarias, como fantaseaba el Führer con su Tercer Reich. Así, se esfuma el sueño de consolidación de su frágil legado del anciano dictador jubilado, Fidel Castro, que atrincherado en una columna en el diario oficial cubano, se resiste a reconocer el fin ineluctable de la pesadilla del pueblo de José Martí, y sigue con el afán de promover enfrentamientos y la represión interna y crear entuertos internacionales.
Ciertamente, la dictadura castrista, por su duración, es una excepción en América Latina. Pero su fin tendrá consecuencias, como la que se produjo con los cambios en Europa oriental, luego de la caída del muro de Berlín, que marcó el comienzo del fin de la Unión Soviética y la dispersión y la disolución del Pacto de Varsovia, adversario de la Organización del Atlántico Norte (OTAN).
Terminado el castrismo, se aplicará el viejo refrán: “Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”. Terminarán también los émulos y los imitadores “marxistas – leninistas, socialistas y comunistas”. Habrá un nuevo ciclo, y el “corsi e ricorsi” que esperamos que transcurra cada vez con mayor libertad, más humano y menos cruel.