Por Nélida Rebollo de Montes
Produce alimentos, aporta millones de dólares y calma el hambre en el mundo. En una República ni el gobierno ni la función pública tienen carácter de “mando”. La autoridad no reside en las personas sino en la ley y sólo la ley manda.
• Todo poder reside en el pueblo y, por consiguiente, de él deriva. Los magistrados son mandatarios y servidores y en todo tiempo responsables ante el pueblo. Según este principio se aplica al gobierno representativo la teoría jurídica del mandato, que es un contrato de Derecho Privado. El pueblo es el mandante; los funcionarios elegidos por él son sus mandatarios o servidores o sus operadores o sus procuradores, según la expresión empleada en Derecho Público español.
• Todos los funcionarios electivos que forman el gobierno son mandatarios del pueblo, no porque lo manden, sino porque obedecen su voluntad expresada en la Constitución. En una República ni el gobierno ni la función pública tienen carácter de “mando”. La autoridad no reside en las personas sino en la ley y sólo la ley manda.
Minorías y oposición
• El gobierno elegido por el sufragio debe rendir cuenta de sus actos de gobierno. Los derechos de las minorías consisten en apreciar los actos gubernativos con un criterio propio y aportando su concepto doctrinario de los problemas para tratar de resolverlos, desde su punto de vista, guiados por la razón.
La oposición
• Las mayorías tienen el derecho que les da su representación numérica en los cuerpos representativos y en los cargos ejecutivos. Pero se debe respetar a las minorías; se deben escuchar sus críticas y darles participación en la acción y en la responsabilidad gubernativa para evitar el gobierno antidemocrático de un solo partido y la necesidad de que las minorías u oposición se conviertan en opositoras de los gobernantes. Sólo así se consigue la discusión libre en el campo de las ideas ante cada acto de gobierno, de suerte que haya oposición.
El gobierno no es propiedad particular de un partido o de un grupo
• El gobierno es el concurso de voluntades coincidentes o disidentes y cuando se convierte en propiedad particular de un partido o de un grupo o de una clase social es lo contrario de la democracia y de la República.
El derecho de gobernar debe respetar el control de las minorías
• Como la democracia y la República democrática se han apoyan en los derechos del hombre y del ciudadano, no es justo invocarlos para acordar solo a la mayoría el derecho de gobernar sin el control de las minorías.
Totalitarismo
• El totalitarismo es el régimen opuesto al régimen democrático, en el que se produce una total centralización en el Estado, que absorbe completamente a los individuos y se convierte en la única realidad. Todos los totalitarismos se caracterizan por la supresión de las libertades individuales; por la persecución de los opositores al régimen y por la creación de una organización represiva (policía, espionajes, delación, etc.).
Demagogia y mentira a sabiendas
• Al demagogo no le interesan las consecuencias de sus actos; es irresponsable y también egoísta, ya que sólo busca satisfacer sus ambiciones personales, lograr la adhesión, la simpatía o el apoyo popular. Algunos procedimientos demagógicos son: costear campañas políticas con dinero del Estado; distribuir subsidios; multiplicar innecesariamente los empleos públicos.
Ha valido la pena un repaso por la educación democrática, ante las circunstancias en que esta atravesando nuestro país.
Nélida Rebollo de Montes, profesora y Periodista, comentarista de radio La Red.
(Tomado de http://www.periodismodeverdad.com.ar/ )