jueves, 27 de noviembre de 2008

Dos comentarios al hueso

Miércoles junto al mar
Hermógenes Pérez de Arce

El miércoles pasado fui invitado al homenaje en la Cámara al ex diputado Gustavo Monckeberg, recientemente fallecido. Fue un político íntegro, católico ejemplar y médico caritativo. Lo representan hoy en el hemiciclo un nieto y un sobrino del mismo apellido.

Edificado por su recuerdo y por la misa, celebrada por uno de sus dos hijos sacerdotes, asistí en la tarde, también invitado, a una asamblea de la juventud UDI de Viña, cuyo jefe me había pedido exponer las razones por las cuales su partido debe llevar candidato presidencial propio. Yo había leído acerca del inminente "desembarco" UDI en la campaña de Piñera y pensaba que, visto eso, se dejaría sin efecto la invitación, pero ella me fue reiterada, comunicándoseme que concurrirían los senadores Coloma, presidente del partido, y Arancibia. Finalmente, el primero se excusó.

Comencé expresando a los jóvenes mi sorpresa por el hecho de que la UDI fuera el único partido sin presidenciable propio. Esto permite a Piñera sumar a su favor, en las encuestas, a simpatizantes de aquélla, que lo consideran un mal menor. Esto le da la ventaja que tiene y se erige en el principal argumento para convencer a la UDI de apoyarlo.

Luego reseñé la gran distancia entre lo que ésta representa y lo que él personifica. Han estado casi siempre en posturas divergentes. Él a favor del "No" en 1988, y la UDI por el "Sí". Aquél ha declarado que el gobierno apoyado por la UDI, que rescató a Chile "desde las cenizas" (J. Whelan), convirtiéndolo en "la joya más preciada de la corona latinoamericana" (B. Clinton), ha sido el peor en la historia de Chile.

Como senador, votó a favor del alza tributaria de Aylwin, que gravó la inversión, gravamen impugnado por la UDI y cuya aplicación explica en parte por qué hoy crecemos la mitad que al fin del gobierno militar. También Piñera apoyó la reforma laboral de Aylwin, impugnada, asimismo, por la UDI. Ella deterioró el Plan Laboral del ministro José Piñera, gracias al cual se logró pleno empleo a principios de 1990. Esa y otras reformas hacen que el desempleo sea hoy 60 por ciento más que entonces. No en vano a don Patricio "no le molesta" un posible triunfo de Piñera (diario del domingo).

Y cuando la UDI fue objeto del más siniestro montaje de acusaciones falsas contra dos senadores suyos, desatado por la prensa oficialista y cohonestado por la diputada Pía Guzmán, Piñera declaraba que ésta "no mentía". Pero la verdad final derrumbó la conjura.

En 2005, Lavín, candidato presidencial de la UDI, encabezaba las encuestas, tal como Piñera hoy. ¿"Cerró filas" éste tras de aquél? No. Cuando el consejo de RN parecía adherir a Lavín, Piñera lo dio vuelta, fue proclamado e hizo lo que no quiere que la UDI haga hoy. Pero es lo que algún líder de ésta debería hacer.

Tras fallecer Gladys Marín y Volodia Teitelboim, Piñera les rindió desmedidos homenajes, no obstante que el segundo fue panegirista de Stalin y, junto con Marín, organizó el entrenamiento de chilenos en Cuba para venir a asesinar compatriotas acá. Uno de éstos fue el fundador de la UDI, Jaime Guzmán.

Al día siguiente, jueves, en un almuerzo de leales (todavía quedan), expuso Rafael Izquierdo, veinteañero ex candidato a alcalde UDI por Pedro Aguirre Cerda, bastión marxista. Con el apoyo espontáneo de mucha gente, incluso en la población La Victoria, alcanzó el 47,37 por ciento de los votos, perdiendo estrechamente contra la comunista Claudina Núñez, apoyada por la extrema izquierda y toda la Concertación.

Ni la generación joven de la UDI ni el electorado que la favorece merecen la claudicación de su partido cuando su electorado espera tanto más que eso de él.

Esos verbos
Gonzalo Rojas Sánchez

Este semestre que ya va terminando ha arrojado una nueva señal sobre el deterioro del lenguaje entre los universitarios chilenos. Corregidos ya unos 3 mil ensayos de una página, la conclusión es dramática: los alumnos han comenzado a desconocer y a desfigurar el más elemental sentido de los verbos.

Antes fueron los sustantivos y los adjetivos, ya que cuestión y weá, bacán y barsa, habían venido reemplazando respectivamente a las cosas por sus nombres y a las calificaciones que ellas merecen.

Pero ahora son los verbos. O sea, la ignorancia se refiere al actuar humano: ya no a los objetos, sino al sujeto mismo. Mucho más grave aún, porque desfigurar lo que las cosas son, golpea fuerte, pero no entender las propias acciones simplemente termina destruyendo toda posibilidad de alcanzar los fines humanos.

Unas pocas joyitas:
"Puedo oír las ramas danzando al son de una melodía sin fin y el susurro de las hojas huidas por el viento". "Las personas que denotamos como impulsivas son ante todo, personas que actúan en conjunto con sus sentimientos". "El rostro de Jack se empalizó". "La violencia no sólo deja mal parado a quien la proporciona". "Nos tocan sonidos gesticulados por diferentes instrumentos". "Los punky creen en la anarquía o la tratan de promulgar".

Y una segunda dosis:
"¿Cuáles serían los castigos que se le acusarían?" "Dirigido por el masivo y desconsiderado derrocamiento de dinero". "La gente tiene sus ideas claras del partido político que quiere que contienda para su comuna". "Le encanta eso y piensa esparcir esos conocimientos a futuro". "Que sus juegos y bailes emergen al público en una loca alucinación". "El fin del ensayo es soslayar a las personas que no votan". "Debido al contexto sociocultural en el que nos envolvemos". "Este problema se ha visto exaltado aún más, con una serie de campañas publicitarias". "Hay que decidirse por algún movimiento que destaque lo que realmente queremos y como ostenta para realizarlo".

¿Puede ser más dramática esta situación? Sí, por cierto: llegará un momento -muy luego- en que simplemente no nos entenderemos o no nos inmiscuiremos, porque entender e inmiscuirse significarán lo mismo, es decir, no significarán nada.

Sólo tres conclusiones: apagar los televisores, corregir todos los errores juveniles (desde los 14 años, no aceptar peticiones que vengan oralmente mal formuladas) y, finalmente, leer y leer, para conservar verbos elementales, que de lo contrario "sintonizaremos" (¿o moriremos?).

Acount