sábado, 12 de julio de 2008

Dos comentarios excepcionales

Bill Gates, los garajes y la sociedad incubadora de talentos
Karin Ebensperger

Más de 200 años tiene la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU., que desde el inicio de esa nación promueve el progreso de las ciencias y las artes, y en ella está gran parte de su historia. Los inventos han hecho millonarios a algunos -Bill Gates jubila a los 53 años para dedicarse a la educación y al sida en África-, otros se quedan con sólo una pequeña pensión, pero independiente de la recompensa, los innovadores tienen en común un entusiasmo por el proceso creativo.

Bill Gates inició sus investigaciones en un garaje, como muchos innovadores en EE.UU. Los garajes son un emblemático recinto de la sociedad norteamericana, con el canasto de básquetbol en el exterior, la puerta levadiza y las herramientas colgando en las paredes con una pulcritud que, sin duda, deja huellas que marcan el carácter de los niños. Porque esos garajes, como antes los graneros, hablan de padres que se arremangan las mangas, y donde el concepto de "do it yourself" es un principio de vida. Se calcula que el 52% del crecimiento de EE.UU. desde la II Guerra Mundial provino de los inventos, muchos de ellos aportados por inmigrantes europeos con cero capital, pero incentivados por una actitud social hacia el individuo creativo.

Desde Benjamin Franklin o un siglo después con Thomas Edison, los inventores han hecho de EE.UU. una sociedad de oportunidades y de avances. Ellos no esperan mucho del Estado, tampoco de un golpe de suerte, sino que trabajaban incansablemente con la seguridad de pertenecer a una sociedad que valora el emprendimiento. Y el rol del gobierno para asegurar la continuidad de la innovación ha sido promover una oficina de patentes fuerte y ágil, porque sin proteger la propiedad intelectual no se puede estimular a una persona a invertir años en desarrollar una idea.

Bueno, de esos garajes salieron visionarios como Steve Wozniak, inventor del computador personal y cofundador de la empresa Apple Computer, quien ha explicado que desde niño leía sobre inventores y quería convertirse en uno. Hoy ya es leyenda cómo él y Steve Jobs armaron los primeros computadores Apple en un garaje de California.

Bill Hewlett y Dave Packard gestaron HP -una de las compañías tecnológicas más importantes del mundo- en otro garaje que ha sido declarado lugar histórico en EE.UU. Y en 1998 los estudiantes Larry Page y Sergey Brin tenían la idea de crear un buscador de internet que funcionara mediante un complejo algoritmo. En un garaje de la avenida Santa Margarita en el sur de San Francisco incubaron Google... y lo demás ya es historia.

Son innumerables los ejemplos y uno se pregunta qué tiene EE.UU. que inspira a tantos innovadores. La clave está en un ambiente social que estimula desde niños un interés personal hacia la creatividad. Ojalá en Chile, tras tanto discutir sobre educación e innovación, logremos el ambiente para que aparezca al menos un Bill Gates por generación... y para que nadie se ría si ve a alguien craneando por horas sobre una loca idea.

Significado de la catástrofe de Chaitén
Antonio Horvath Kiss, Senador

Hace más de dos meses que entró en erupción el volcán Chaitén, generando una catástrofe en la Provincia de Palena y especialmente en su capital. Los principales daños se han producido por la evacuación sorpresiva de sus habitantes -o más bien estampida-, la que además de su dispersión los ha alejado de sus bienes más preciados, de sus fuentes de trabajo y modo de vida. La naturaleza, sumada a falta de maquinaria y personal en condiciones de seguridad suficientes para encauzar o defender el río Blanco, provocó graves daños por el desborde de las aguas, arrastrando a la fecha más de 3.000.000 de m{+3} de cenizas.

Sin embargo, la voluntad de los chaiteninos de recuperar su ciudad, y con ella su forma de vida, va más allá de cualquier dificultad: diariamente vemos evacuados que intentan acceder a Chaitén por todos los medios posibles, enfrentando el mal tiempo, naufragios, desastres aéreos y escasos cupos en transbordadores. Quienes acceden por Argentina enfrentan el doble de distancia, engorrosos trámites y controles.

Más allá de que la autoridad no cuenta con los instrumentos legales para obligar sin más a las personas para que trasladen su ciudad al lugar que decida el Gobierno, tal esfuerzo resulta inútil si nuevamente se pretende tomar medidas a espaldas de quienes son sus principales destinatarios.

Junto con el geofísico Luis Donoso y el vulcanólogo Óscar González-Ferrán hemos propuesto la ampliación de Chaitén hacia un sector protegido por cordilleras naturales en torno al Camino Austral en una superficie que cuadruplica la actual ciudad, donde existen fuentes de aguas, laderas protegidas y altura suficiente sobre el nivel del mar para asegurar a la población, además de mantener la infraestructura caminera, portuaria, aérea y otros servicios provistos desde su emplazamiento actual.

Más que hacer un conjunto de viviendas iguales, es la oportunidad de urbanizar este sector con la participación de sus habitantes, profundizando la identidad de los pueblos de la Patagonia Austral chilena, rodeados de un escenario natural reconocido mundialmente.

En este esfuerzo, la conectividad es clave. El que hoy no se esté construyendo el camino continuo entre Chaitén y Puerto Montt resulta inexcusable, al existir estudios de ingeniería aprobados por el MOP, y constituye una abierta ilegalidad, ya que la Ley de Presupuestos 2008 establece glosas específicas para la adquisición de los terrenos, realización de estudios de impacto ambiental, inicio de obras en múltiples frentes, y la compra de 2 transbordadores para que operen mientras se completa el tramo definitivo.

No hay razón para más dilaciones en la ejecución de obras que permitirán construir los 90 km faltantes en un plazo de cuatro años, dejando conectada la Provincia de Palena y su capital Chaitén con el resto del país, además de sacar a la Región de Aisén de su condición de aislamiento y abandono, con una proyección futura a Magallanes. Todo esto por un valor equivalente a una fracción del subsidio propuesto para mantener al Transantiago por algunos meses.

De esta manera, la Patagonia chilena -34% de la superficie del país, y que tiene la mitad de su territorio bajo el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, sin contar lo que están comprando ONGs- se logrará abrir al desafío de un desarrollo armónico con su naturaleza y especial cultura, permitiendo transformar una catástrofe en una fuente de enormes oportunidades.

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