En realidad, hizo la felicidad de cientos de socialistas, algo que podría haber continuado. En una de ésas, habría podido llegar a algún acuerdo con la DC para un pacto de gobierno. Chile habría continuado hacia el despeñadero del subdesarrollo, pero se habrían ahorrado vidas y hasta ingresos de los pobres.
Esto último era difícil, por el clásico fracaso socialista-estatista, pero, quizás, podría haberse logra-do mediante un acuerdo político pro desarrollo. Uno nunca sabrá qué habría podido alternativamente ocurrir, pero hasta yo participé en una propuesta político-económica de reemplazo, obviamente con Allende a la cabeza. Pero los socialistas, y menos los revolucionarios como Altamirano, no estaban para salidas consensuadas.Mejor nos íbamos al otro mundo con dignidad -y con hambre.
Es verdad que Allende luchó por un sistema de salud para todos, pero fracasó, como todos los programas socialistas, caros y de colas, parecidos al nuestro actual. La intolerable desnutrición infantil de entonces no se arregló con "el medio litro de leche", sino con la posterior política inteligente del doctor Monckeberg, que incluía mejores dietas, desayunos, almuerzos y demás, para no hablar del agua potable de verdad y otras inversiones sanitarias que eliminaron el tifus y otras mortíferas enfermedades, tipo hepatitis. Esas soluciones de verdad nunca fueron populares ni llamativas, por lo que el socialismo las miraba en menos, como hasta hoy.
Dado el desabastecimiento de entonces, decir que Allende luchó por "familias robustas" parece un chiste. ¿No estará Escalona confundido -al igual, por lo demás, que algunos religiosos a los que les ha bajado una suerte de amor por el socialismo ateo, de Estado docente, sin libertad religiosa?
Otra confusión es la de la nacionalización del cobre. Con Allende, las compañías perdían plata a carretadas. La dictadura militar ordenó la producción y bajó los costos, pero erró totalmente al crear "una Codelco" y limitar la competencia. ¿Se ha fijado cómo ha bajado la participación chilena en la producción mundial de cobre? Espere un par de años más, y bien se podría reproducir el desastre productivo y financiero de fines del gobierno UP.
Allende -dicen- habría luchado por un sistema educacional capaz de cumplir metas de amplio desarrollo. Puede que haya luchado, pero la educación a fines de Allende era un desastre parecido al actual.
Hasta hoy se debate si la nacionalización del cobre llevó o no a enormes pérdidas para el Estado, pero de ninguna manera sirvió para financiar "el ambicioso programa de protección social" de que se habla. ¿Ambicioso? ¿Qué protección?
Ahora nos dicen que la refor-ma agraria fue un salto en la modernización del país. Pero ese salto, obviamente, fue posible por la extensión de los derechos de propiedad y el respeto hacia los mismos, algo completamente ajeno al allendismo y a las creencias estatistas de Escalona. Fue el libre comercio de mercado el que permitió el desarrollo agrícola moderno y democrático.
¿En qué se distinguiría el nuevo camino de Allende de los fracasos socialistas clásicos en el agro y el cobre?
Allende era simpático, inteligente y trabajador sólo en política. Un vividor, pero no un pensador y, ¡por favor!, no lo presenten como un héroe iluminado. Gran persona, gran fracaso, nada de nuevo y nada imprescindible.
Viviana Matus
Hace unos meses atrás el mundo político instalo el debate acerca del salario ético, con miras a corto plazo privilegiando un clima electoral anticipado. Hoy, el tema es la crisis económica que sufre especialmente la clase media y los que tienen menos. No hay crisis económica en el gobierno que ha triplicado el gasto fiscal. Sin embargo, los chilenos han sido severamente afectados por el incremento de la inflación, especialmente en el rubro alimenticio.
En estos días en que se habla tanto del énfasis social, con creaciones gigantescas de consejos de equidad, que por experiencia se sabe que no llegara a ninguna propuesta definitiva, hay realidades que piden urgentes soluciones y que para concretarlas no se necesita constituir comisión alguna.
En el país la distribución salarial es desigual. Por tanto, hay responsabilidad directa a la política publica, ya que en la provisión de los servicios sociales el Fisco ha sido un mal empleador, con acceso excluyente de sus trabajadores al sistema de protección social además de consolidar una política de mal pagador, y la estructura de contratos que se administran ha acentuado la desigualdad salarial dentro del aparato publico. La desigualdad que existe en el país se debe en gran medida a que los recursos se han dilapidado y el nivel del gasto fiscal ha aumentado más que el pobre crecimiento económico.
Para que el país avance se requiere un crecimiento económico estable, flexibilidad en lo laboral y una baja en el IVA y otros impuestos que permita contratar cada vez mas personas con una educación y formación de calidad que entreguen un comportamiento adecuado, de lo contrario seguiremos con el estancamiento económico, la alta inflación, la cesantía, la delincuencia, la creciente corrupción y la pobreza que llevara a la nación a una verdadera crisis económica y social.