El país presencia, desde ya hace algunos años, un fenómeno social importante y de imprevisibles consecuencias, a saber: que quien desea y puede infringir la ley en su provecho, lo hace impunemente si tiene el necesario poder de presión.
Esto tiene un origen complejo. También desde hace algunos años se ha hecho muy clara la influencia del progresismo en Chile. El progresismo carece de moral colectiva o social, comúnmente aceptada y obedecida. Tu moral vale lo mismo que la mía, y si discrepan... bueno, prevalecerá aquella que se pueda imponer a la otra, “salirse con la suya”, según las circunstancias.
En esta composición de lugar, la ley positiva —en Chile, la ley escrita— hace las veces de moral. Lo legal es siempre moral.
En una sociedad progresista y positivista, consecuentemente, es de crucial, primerísima importancia que la fuerza coactiva del Estado —elemento básico para que la ley positiva no sea una entelequia— se halle siempre y activamente al servicio del cumplimiento de esa ley.
Pero no está sucediendo así en Chile. No solamente ya no hay una ética común a la sociedad. Tampoco hay una ley que todos sus miembros sean EFECTIVAMENTE obligados a cumplir. Por eso digo que la regla moral y jurídica de nuestra sociedad es hoy: “Haz lo que quieras... si puedes”. Veamos dos ejemplos.
I. El Instituto Nacional
Existían ciertos cargos administrativos contra el rector o la dirección de este liceo “emblemático”. ¿Cuáles eran los cargos? No lo sabemos porque, antes de que estallaran violentamente los alumnos, nadie había dicho nada sobre las acusaciones o falencias criticadas... ni la dirección misma, ni los profesores, ni los padres y apoderados del Instituto, ni sus alumnos, ni la Municipalidad, ni la prensa... Nadie. Más aun, periódicamente éramos informados respecto de las maravillas del Instituto, y los correlativos éxitos académicos de sus alumnos. Y ahora, de repente, nos aseguran que el establecimiento se hallaba en tal postración, y en tan indecible abandono de parte de quienes lo tenían a su cargo, que no había más camino para salvarlo que una “toma” por parte de los alumnos, adornada con violentísimos choques entre aquéllos y carabineros... ¡Qué cosa tan rara! ¿Los problemas del Instituto... eran graves en sí mismos, o se hicieron graves porque una parte de sus alumnos provocó disturbios callejeros?
Pero sigamos.
Los cargos se estaban investigando. ¿Por quién, qué cargos? No se dice. Suponiendo efectiva la importancia que se les atribuye, y conforme al Estatuto Docente, la investigación de marras implicaría un sumario, con un fiscal, acusaciones, contestaciones, pruebas, dictamen y propuestas finales, resolución absolutoria o sancionatoria, recursos, etc.
Todo lo anterior, por ejemplo, se hubiese necesitado antes de que el rector del Instituto Nacional hubiera podido remover o aun cambiar de funciones a un profesor de su dependencia, ebrio consuetudinario (es un ejemplo, no digo que los haya en el Instituto). ¿En qué estado se hallaba dicho proceso legal, complejo, con garantías de justicia, CUANDO EL RECTOR MISMO FUE EL REMOVIDO? ¿Se omitieron estas formalidades? ¿Por qué?
Las apariencias, desgraciadamente, son mortales. Los estudiantes le hicieron a la Alcaldía un “cuco” —muy violento, eso sí— y la Alcaldía se volvió loca de pavor, se olvidó de los derechos mínimos del rector, del debido proceso, del respeto a la autoridad, de la disciplina escolar, del rechazo a la violencia —de quienquiera que venga— y de varias cosas más, para poner fulminantemente al jefe máximo del establecimiento de patitas en la calle...
Y lo sucedido es presentado como una “habilidad” de la Alcaldía para “estirar” el Estatuto Docente. ¿A quién le queremos tomar el pelo? ¿Hubiera podido la Alcaldía hacer prestidigitaciones con el Estatuto si los estudiantes HUBIESEN ESTADO A FAVOR DEL FUNCIONARIO EXPULSADO?
Ni se diga que éste “aceptó” la medida. ¿Fue libre su actuar, encajonado entre los alumnos y la Municipalidad, a dos años de jubilar, como explicó sinceramente? ¿Qué puede hacer un funcionario objeto de semejante avalancha?
Lo más fantástico de este episodio, sin embargo, ha sido el aplauso unánime que ha despertado. Un editorial se titula: “Al rescate del Instituto” (!). Los expertos no encuentran palabras en el diccionario suficientemente elogiosas para calificar la maniobra de la Alcaldía: “brillante”, “estupenda”, “extraordinariamente interesante”, etc. (El Mercurio, 1º de agosto).
Es lo que llaman “silbar en la oscuridad”... para no asustarse. Aquí lo que se hizo fue no aplicar la ley, y cortar injustamente el hilo por lo más delgado. Y punto. La autoridad chilena se puso amarilla, 99ª vez, con tal de no ponerse —una sola vez— colorada. Y los estudiantes del Instituto cumplieron el lema del Chile Progresista: “Haz lo que quieras... si puedes”. Pudieron. Lo hicieron. Hasta la próxima.
II. Los fundos Montenegro, Noncontraro y La Romana, de Ercilla
Del mismo propietario, han sido atacados creo que treinta veces los últimos años, con destrucción de cosechas, muerte de animales, etc. Los atacantes pertenecen a la vecina Comunidad Indígena Temucuicui, que quiere apoderarse de los predios. El 1º de agosto, en juicio oral ante el juzgado de garantía de Collipulli, la Comunidad admitió su culpa en uno de estos ataques y sus daños, pidiendo perdón al propietario. Este aceptó las disculpas, y se puso término al procedimiento penal.
¿Qué había sucedido? Nada menos ni nada más que lo siguiente (El Mercurio, lº de agosto):
1. El Estado Chileno, con todo su aparato administrativo, penal, policial, etc., no ha podido, durante años, garantizar al dueño de estos fundos su goce pacífico y tranquilo... ni siquiera habitarlos sin riesgo DE VIDA para sí mismo y su familia. La protección policial no ha podido impedir los asaltos. La “nueva justicia penal”, como la antigua, arrastra los casos, para llegar a resultados ridículos. El ataque antes referido —uno de tantos— ocurrió el año 2004. Hay dos hechores con sentencia firme... a 21 días de prisión remitida, y ocho “no encontrados”.
Este es el hecho. Las disculpas de los organismos estatales involucrados son incontables como las arenas del mar. Pero la realidad es que el dueño de los fundos tiene tantas posibilidades de vivir y trabajar pacíficamente en ellos como un granjero blanco en Zimbabwe.
2. El Estado Chileno, a través de su órgano oficial de asuntos indígenas, la CONADI, negocia con el propietario la compra de los predios mencionados, para REGALARLOS a los agresores, a la Comunidad Temucuicui. No es la primera vez. Recuerdo esta misma “política”, aplicada anteriormente a la Hacienda Lleu-Lleu, de un particular, y al fundo Alaska, de una forestal: violencia; destrucción de casas, bodegas, sementeras, plantaciones, animales; incendios, heridos; compra por CONADI; traspaso gratuito —regalo— a los hechores.
3. El Estado, el inefable FONDART, entregó $ 52,9 millones para financiar un documental, destinado a exaltar la usurpación de tierras que acabamos de describir. “Presenta a los mapuches que han recuperado sus tierras... enfrentando la aplicación de la Ley de Seguridad Interior”. La filmación debió interrumpirse, al ser apresados los “artistas”, miembros de una célula ex MIR protagonista de dos asaltos bancarios (El Mercurio, 8 de mayo).
4. El “perdón” pedido por la Comunidad es una hoja de parra, muy transparente. Pretende disimular la enormidad de lo que se está haciendo. ¡Cómo se habrán reído los “arrepentidos” comuneros con esta parodia, esta burla, perpetrada en el mismo tribunal que los juzgaba!
5. Periódicamente, CONADI dice que no lo hará más, que no habrá tierras para los violentistas que las usurpan. En seguida, lo hace de nuevo.
6. Por supuesto, circunstancia que CONADI no puede ignorar, el propietario recibirá un precio por encima del valor de mercado de sus tierras. ¿Quién podría reprochárselo? Ojalá sea extravagantemente alto. Del lobo, un pelo... El perjuicio de pagar sobreprecio será solamente para el fisco (¿a quién le importa el fisco? A CONADI no, desde luego), y para las comunidades indígenas que, sin violencia, postulan también a tierras, y que verán disminuidos los recursos del Estado disponibles para adquirirlas.
Estos mismos días se reitera el “procedimiento” de los fundos Montenegro, Noncontraro y La Romana, en el predio Labranza, Cañete, de la misma forestal de Alaska. Ya no puede ser explotado sino bajo protección de carabineros. Una emboscada a éstos acaba de dejar tres heridos con armas de fuego. El gobernador de Arauco declara: “No se tolerarán hechos de violencia aislados protagonizados por grupos minoritarios”. Palabras vacías: se han tolerado y se seguirán tolerando. Aquí, el Rey de España: “¿Por qué no te callas?”.
“Los estudiantes le hicieron a la Alcaldía un «cuco» y la Alcaldía se volvió loca de pavor, se olvidó del respeto a la autoridad, de la disciplina y de varias cosas más, para poner al jefe del establecimiento de patitas en la calle”.