viernes, 20 de noviembre de 2009

Dos excelentes comentarios.....


Innovación a escala humana, por José Ramón Valente.

Cuando Ud. piensa en innovación, probablemente se le viene a la cabeza Silicon Valley, Apple o Google. Por lo mismo organizar una gira empresarial a España donde el tema central era la innovación fue una apuesta arriesgada para la Fundación País Digital. Tuve el privilegio de ser invitado a dicha gira, que se realizó durante la primera semana de noviembre, junto a un grupo de empresarios, académicos chilenos y representantes del sector público, y la experiencia fue tan iluminadora como una ampolleta, símbolo de la innovación hasta antes de la llegada del Ipod.

Efectivamente, no visitamos en España grandes científicos, ni centros de estudios, ni sofisticados laboratorios, pero sí encontramos un país que simplemente haciendo las cosas mejor día tras día, durante los últimos 30 años, ha sido capaz de triplicar el ingreso per cápita de sus habitantes y desarrollar varias empresas multinacionales que compiten palmo a palmo por el liderazgo mundial en sus respectivas industrias. Es el caso de Telefónica en telecomunicaciones, Banco Santander y BBVA en servicios financieros y Zara en el retail, por nombrar sólo algunas.

Con el ingreso a la Comunidad Económica Europea en 1985, España dio un paso gigante para convertirse en la nación que es hoy. Este país que hace 25 años era uno de los más atrasados de Europa, y que no se contaba entre las naciones del mundo desarrollado, se autoimpuso la necesidad de competir o morir. Hay dos cosas muy características en la experiencia española que son particularmente interesantes como ejemplos a emular en nuestro propio país. La feroz competencia a la que ha sido expuesto tanto el sector publico como el privado y la respuesta de las instituciones españolas a dicha competencia. Durante la gira visitamos cinco regiones de España y cerca de 25 instituciones entre públicas y privadas. Todas experiencias y realidades aparentemente muy diversas, pero con un elemento muy distintivo en común. En cada una de ellas sus líderes indicaron como un punto central de su estrategia competitiva apuntar a ser los mejores, pero no los mejores del barrio, los mejores del mundo. La carismática alcaldesa de Valencia tenía muy claro que su ciudad competía con Barcelona y con Sidney para atraer turistas e inversión extranjera y no contra su propio pasado. El presidente de una importante asociación gremial de empresarios vascos, una comunidad con más del triple de ingreso per cápita que Chile y más de 50% superior a la media española, no tuvo una actitud autocomplaciente. En su presentación no comparó al País Vasco con la región relativamente más atrasada de Andalucía, sino que con las regiones relativamente más avanzadas de Europa como Luxemburgo. Don Amancio Ortega, fundador y controlador de Zara, hoy por hoy la segunda empresa de venta de ropa más grande del mundo, está preocupado de que sus clientes asiáticos puedan recibir mercadería nueva dos veces por semana y no de si su rival español, la también multinacional Mango, abrió otra tienda en Madrid. Competencia global y varas altas son dos bofetadas de humildad que nos propinaron sin quererlo los españoles a los chilenos.

España es un vivo ejemplo de cómo se puede innovar haciendo cosas simples y cómo el impacto de la suma de pequeñas mejoras, cuando se produce en forma continua y en el más variado ámbito de la vida de un país, puede producir un verdadero milagro de crecimiento y mejora en las condiciones de vida de las personas. Pensar que el futuro de chile pasa por la aparición de genios como Steve Jobs (fundador de Apple), o el crecimiento de la web 3.0 en un cluster tecnológico desarrollado por Corfo es a la vez un gran error y una gran desesperanza. Confiar que se puede innovar a escala humana, haciendo las cosas cotidianas un poco mejor todos los días, y que de esa manera cada uno de nosotros puede contribuir al desarrollo de nuestro país, desde mejorar el recorrido para ir a dejar los niños al colegio para liberar cinco minutos en la mañana, hasta reubicar los puestos de trabajo en la oficina para que la gente se comunique mejor, es el camino que muchos países como España han recorrido con éxito y parece ser un modelo a imitar para Chile.

Para dar ese paso de convertirnos en una nación desarrollada, como lo hizo España, tenemos que dejar de mirarnos el ombligo y dejar de compararnos con el Chile del pasado y con los países más atrasados de Latinoamérica. Es importante que ese profesor que hoy está en paro comprenda que en otra parte del mundo hay un profesor haciéndole clases a un niño australiano, que luego va a competir con su alumno chileno vendiéndole vino a un consumidor inglés.


El Ducenti Anniversarium empresarial, por Leonidas Montes.


La reciente Enade 2009, de cara al Bicentenario, fue un evento especial. Antes de partir al Congreso, abrió puntualmente el ministro de Hacienda. Pese a ser vilipendiado por la derecha e izquierda unidas, fue perseverante. Cuando el proyecto de depreciación acelerada se rechazó en abril de 2007 y el ministro asistía a un encuentro con el Centro de Estudios Públicos, próceres de la derecha lo criticaban por “apollerarse” en las faldas de los empresarios. Y el senador Nelson Avila arengaba a las huestes por el profundo daño político que Velasco le infligía a la Concertación. Remató destacando que “el día de mañana, cuando este gobierno termine, el señor ministro Andrés Velasco posiblemente tome sus maletas y regrese a Harvard, pero los chilenos, la inmensa mayoría, quedaremos nadando en un mar de excreciones”. Atacado por ambos flancos, el mismísimo candidato oficialista, quien entonces parecía ser un senador de centro, también se plegaba a la tormenta de críticas. La intervención más memorable de Frei fue en la Junta de la DC, cuando denostaba a Velasco por “dejarle 20 mil millones de dólares a la derecha”. Aunque se equivocó en su propuesta presupuestaria, es muy posible que acierte en su apuesta electoral.


A Velasco le sobra el capital político e intelectual para seducir y provocar a la élite empresarial. Pero su despedida en Enade a ratos encerraba esa dicotomía público versus privado, esa separación eLa constitución de un gobierno de unidad nacional es clave para salir de la crisis política en Honduras, y por ahora ambas partes no han cumplido con ello, declaró este jueves el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.

"La formación de este gobierno de unidad nacional es importante, porque parte de todo este proceso tiene que ver con la reconciliación", declaró Kelly.
ntre un nosotros, “los que estamos en el lado de lo público”, y ustedes, “los empresarios del mundo privado”. Aunque existen buenas razones para criticar, se echó de menos una modesta cuota de autocrítica. Nuestro Estado no está de cara al Bicentenario. No todo lo que brilla es oro. Quizá sólo cuando termine esa desconfianza entre un sector privado que critica al sector público por incompetente, y un sector público que asume que los privados sólo persiguen ventajas, este país cambiará. Un gran desafío para el próximo gobierno.


En seguida Ricardo Caballero, nuestro economista top en términos de publicaciones de punta, hizo una notable exposición sobre la crisis. Pero lo que vino después fue lo especial. El segundo panel se inició con la destacada historiadora Sol Serrano. Nos transportó a Camilo Henríquez y la Aurora. Y nos recordó el llamado de Miguel Luis Amunátegui a la educación de los chilenos, ya que entonces “correrán oleadas de tinta, pero no correrá la sangre”. Pero en Chile, gracias al Colegio de Profesores, ha dejado de correr la tinta en las escuelas públicas. Y casi corrieron los puñetes: Mario Waissbluth, motor y espíritu de Educación 2020, tuvo el coraje de enfrentar a un líder gremial que tanto daño le está haciendo a nuestra educación. De la reacción política ante el presupuesto de educación, salvo excepciones —destacando al senador Frei—, sin comentarios.


Roberto Ampuero, con la autoridad de quien vivió en carne propia el romántico fenómeno socialista, hizo sus reflexiones en torno a nuestro relato histórico. Criticó esa carencia de autocrítica tan propia de la izquierda, ese doble estándar cuando se trata de Fidel Castro o Honecker. ¿Se ha fijado que en Alemania cada 9 de noviembre celebran la caída del muro? Nosotros seguimos exaltando el 11 de septiembre. Es como si Alemania siguiera recordando la construcción del muro.


Arturo Fermandois defendió nuestra Constitución. El destacado filósofo Juan de Dios Vial dio una magnífica e inolvidable charla acerca de la libertad y la moral. Un académico de Princeton nos recordó la importancia de la familia y su relación con la empresa. Y, finalmente, Richard von Appen, representando a una nueva generación empresarial, cerró la mañana con una espléndida presentación. Su exposición reflejó ese gran activo tan propio de Chile: los empresarios no sólo persiguen su propio interés, sino que también se preocupan por el futuro y bienestar de nuestro país. Mostrar esta realidad será otro gran desafío para el próximo gobierno.

Acount