jueves, 10 de julio de 2008

Dos colosos de la lucha libertaria: Pérez de Arce y Rojas

Mal pensamiento
Hermógenes Pérez de Arce

"Piensa mal y pecarás, pero no errarás", me decía un familiar. Pero no tenía necesidad de decírmelo, porque soy naturalmente mal pensado. Cuando me confesaba en el colegio, la mayoría de las veces era por malos pensamientos. Ahora tengo tantos, que ya no los confieso. No sería tan grave si los confinara a mi fuero interno, pero a veces los voceo.

Como cabrá suponer, entonces, al ver a tanto(a) ¿ex? marxista-leninista local celebrar la liberación de Ingrid Betancourt y otras 14 personas, no puedo callar el mal pensamiento. ¡Si ellos(as) se proponían hacer acá lo mismo que las FARC allá! El MIR y el FPMR -tan representados hoy en el Ejecutivo y el Congreso- no eran otra cosa que las FARCH, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Chile. Uno de sus métodos de lucha era el secuestro: casos Carreño, menor Cruzat, Cristián Edwards... ¿Con qué cara...?

Ahora hasta parece mala educación recordarles su pasado. Pues ellos(as) hablan de "la democracia que tanto nos costó recuperar", cuando lo único que querían era destruirla.

A raíz de que los militares colombianos despacharon a Raúl Reyes y su grupo, la única crítica oída desde acá fue porque los caídos estaban unos metros dentro de territorio ecuatoriano. Nadie habló de "delitos de lesa humanidad". Pero nuestros jueces les dan cadena perpetua a uniformados que liquidaron a guerrilleros de las FARCH (MIR-FPMR).

Y en estos días ellos(as) aplauden la condena de varios militares, incluso algunos a cadena perpetua, por el mismo delito por el cual han perdonado a terroristas: asesinar a un general (casos Carlos Prats y Carol Urzúa, respectivamente). Peor, uno de los oficiales condenados por el primer caso, Christoph Willeke, a quien fui a visitar a prisión por saberlo inocente, me dijo que su único conocimiento del atentado lo tuvo a través de los diarios. Me añadió que le había dicho eso al juez chileno y a la jueza argentina, Servini de Cubría, y ambos le habían respondido lo mismo: que estaban conscientes de su inocencia, pero deseaban que él les diera detalles sobre la DINA (¿cómo se llama eso?). Ahora fue condenado a 21 años. Su abogado presentó escritos importantes, dos días antes del fallo, pero cree que el juez ni siquiera los leyó. Pide que la brigada de cibercrimen investigue el computador de éste, pues no pudo haber redactado en dos días las 500 fojas, como habría debido hacerlo si hubiera siquiera leído los escritos.

Mi mal pensamiento: nadie investigará nada.

En tanto, los guerrilleros que mataron al otro general nombrado, Carol Urzúa, y a sus escoltas, están todos perdonados y libres. Cuando Jaime Guzmán, senador de la UDI, se opuso públicamente a que Aylwin pudiera indultar a terroristas como ésos, las FARCH (rama FPMR) lo mataron. Y hoy también los asesinos de Guzmán están libres, pues se fugaron de la cárcel de ¿alta? seguridad en un helicóptero. ¿Y saben quién estaba contratada por Gendarmería para "ayudarlos psicológicamente"? La "comandante Ana", una izquierdista belga, ex pareja del jefe del FPMR, Galvarino Apablaza, hoy felizmente refugiado en Argentina. Ella cobró más de dos millones 400 mil pesos por la "asesoría psicológica" previa a la fuga... (La Segunda, 24.07.07). ¿Y quieren que uno no piense mal?

En resumen, ellos(as) se organizaron para matar y lo hicieron. Se autoperdonaron y aprovecharon la amnistía (más de ocho mil se acogieron). Pero la niegan a los uniformados y los secan en la cárcel, por haberles impedido a ellos(as) seguir matando para conquistar el poder. Ahora éste está en sus manos. Entonces se cambian de bando y condenan (pero sólo de palabra) a la guerrilla.

Las claves de una elección
Gonzalo Rojas Sánchez


El 5 de julio quedará en la historia de la UDI como el día en que, por fin, una directiva nacional fue electa por el Consejo General.

Vayan aquí algunas claves para los que no han podido seguir de cerca el procesoŠ y algunas explicaciones para los que participaron, pero siguen sin resolver ciertas incógnitas.

La sorpresa. El resultado, porque ni los apoyos senatoriales a la lista ganadora, ni incluso los más entusiastas seguidores de Kast, calculaban que el diputado obtuviera un excepcional 36.3%, en muy adversas condiciones.

La garantía. La presidencia de Juan Antonio Coloma, hombre de convicciones, quien supo escoger a Víctor Pérez, Carlos Villarroel y Gonzalo Uriarte, fieles conocedores del ideario guzmaniano, para que formen parte de su directiva.

Las dudas. Cuánto seguirán influyendo de verdad en la conducción de la UDI, quienes primero se empeñaron por evitar la elección, después buscaron conseguir un 80-20 a favor de Coloma para anular así la diversidad, y, finalmente, descalificaron la posibilidad de que haya en la UDI quienes no estén contentos, calificándolos despectivamente como una facción.

La figura. José Antonio Kast, porque con su proyecto amable, de hombre pacífico y, al mismo tiempo, con su carácter enérgico y articulador de mil voluntades, descolocó a las retóricas ampulosas y a los personalismos beligerantes.

El gesto. La decisión de Kast y su gente de no integrar la lista ganadora, actitud que se fundamentó en que no habían hecho todo el esfuerzo simplemente para tener un cargo, sino para conducir efectivamente; es que para colaborar lealmente con Coloma simplemente se esforzarán para que le vaya muy bien en su gestión.

El retorno. Las decenas de militantes históricos que participaron con entusiasmo joven y que, mayoritariamente, votaron por Kast.

El error grave. La autorización de la directiva saliente para que el alcalde Cornejo interviniera el Consejo General, recibiendo un frívolo respaldo que olvidó las duras críticas de la UDI a una situación análoga: la de la DC con Guillermo Díaz; además, se facilitó que toda la información de prensa se condujera hacia el caso Cornejo, en desmedro de la gran noticia electoral.

La constatación. El desapego de Lavín con la UDI (sólo estuvo 15 minutos en el Consejo) y el desapego de la UDI con Lavín (en medio de una general indiferencia, hubo unos pocos abucheos desubicados y uno que otro aplauso nostálgico).

La esperanza. Decenas de alusiones a la necesidad de retomar los fundamentos doctrinarios, de custodiar una historia y de incentivar una mística.

La diferencia. Coloma llamó a conseguir el mayor número posible de concejales en la próxima elección (un partido proyectado hacia fuera). Kast habría insistido en la mejor calidad posible de militantes para servir a Chile (primero, un partido reformulado hacia adentro).

Ojalá logren coordinarse bien.

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