sábado, 14 de junio de 2008

Lecciones de educación superior en California

Lecciones de educación superior en California

GONZALO VARGAS OTTE
Rector Universidad Tecnológica de Chile Inacap

Se ha firmado el acuerdo Chile-California, con la participación de la Presidenta Michelle Bachelet y del gobernador del estado de California, Arnold Schwarzenegger. Uno de sus ejes está en la educación superior, tanto técnica como universitaria, y en el desarrollo tecnológico estrechamente vinculado a la formación de capital humano avanzado. California es una de las economías más desarrolladas del mundo. Aunque es un estado con importantes recursos naturales, como Chile, la base del éxito de su desarrollo económico ha estado en el fomento de la tecnología y la innovación, para lo cual el activo más importante es una población altamente capacitada.

El desarrollo del capital humano de California no ha sido un accidente. Hace 48 años -en 1960-, el estado de California estableció el Plan Maestro de Educación Superior, tendiente a lograr una cobertura universal de educación superior de calidad. Para ello definió la existencia de tres sistemas de educación superior estatal, articulados entre sí.

Primero, el California Community College System -que en la actualidad cuenta con casi un millón y medio de estudiantes en más de 100 campus- imparte programas de hasta dos años de duración, orientados al trabajo y también a la posibilidad de continuar estudios en las demás instituciones del sistema. Los centros de formación técnica serían su símil en el sistema chileno. En segundo lugar, la Universidad del Estado de California -que cuenta actualmente con 450 mil estudiantes en 23 campus-, orientada fuertemente a la docencia de pregrado y a posgrados de carácter profesional. Como el sistema universitario más grande de los Estados Unidos, la Universidad del Estado de California es reconocida por su aporte fundamental en investigación aplicada y por la preparación de sus profesionales. Finalmente, la Universidad de California -con 10 campus y más de 200 mil estudiantes- está pensada como la universidad más especializada en el desarrollo científico, lo que también se refleja en su alto prestigio y en que un tercio de sus estudiantes sigue programas de posgrados. La clave de este sistema está en la posibilidad de los alumnos de transitar de un nivel a otro e ir adquiriendo competencias de acuerdo con sus posibilidades y con las demandas del mercado. El sistema permite comenzar con programas de dos años para luego continuar con las licenciaturas y posgrados. De hecho, cada año más de 70 mil estudiantes se transfieren desde los community colleges a otras universidades.

Así, California cuenta con una población de dos millones de estudiantes en educación superior en el sistema público, el que ha sido analizado y planificado por casi cincuenta años para dar respuesta a los requerimientos y desafíos de su desarrollo.

El contraste con el modelo chileno es evidente en al menos tres aspectos críticos. De los más de 700 mil alumnos que tenía la educación superior chilena en el año 2007, alrededor del 10% seguía estudios de dos años en centros de formación técnica, el 20% en institutos profesionales, y casi el 70% en universidades. Con asombrosa exactitud, pero al contrario de lo que ha hecho Chile, en California el 70% de los estudiantes del sistema está en el Community College System, alrededor del 20% en la California State University, y el 10% en la University of California.

Segundo, en la tradición chilena quienes siguen programas de dos años -los mal llamados "técnicos"- han tenido escasas oportunidades para continuar desarrollándose profesional y académicamente en instancias más avanzadas. Tercero, en Chile existe poca información acerca de las necesidades actuales y futuras de formación avanzada. Paradójicamente, es cada vez más evidente la existencia de profesiones con mercados laborales saturados, mientras que los sectores más dinámicos reclaman consistentemente la falta de profesionales para su crecimiento.

A la luz de la experiencia californiana, el desafío para la educación superior en Chile no está sólo en el aumento de cobertura o del financiamiento, ni en la discusión acerca del papel de las universidades tradicionales versus las privadas, ni en los sistemas de acreditación de calidad. Se trata de todo esto, pero por sobre todo de repensar las opciones que ofrece el sistema de educación del país y considerar el desafío de una mejor articulación entre los distintos niveles de formación profesional para dar respuesta pertinente a las necesidades del desarrollo. Sólo de esta forma se hará realidad el desafío simultáneo de una educación superior masiva y de calidad.

N de la R: Consideramos de por ser de plena actualidad era necesario publicitar este articulo de Vargas Otte, Ing. Agrónomo , UC, Master en Administración de Empresas y Master en Economía Agraria de la Universidad de California, este profesional destacó como Gerente General de Paz Ciudadana.

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