jueves, 30 de octubre de 2008

Dos chilenos con un inmenso corazón

Visión electoral personalísima
Hermógenes Pérez de Arce

Me fui trotando a votar, si bien mi ritmo es cada vez más lento. En los 10 km he ido añadiendo un par de minutos cada año, pero en el último "congelé", es decir, me demoré lo mismo que el anterior (lo mido en mi cumpleaños). Cuando llegué a mi mesa, el presidente no me dijo "pase a la ducha, por favor", como en la votación anterior. Seguí el trámite decimonónico. Si yo hubiera sido Presidente, ya lo tendría computarizado. No pocas personas me han propuesto serlo y a todas les he aceptado, pero no sé por qué no cuaja. Tal vez porque casi no tengo votos. Pero yo sería buen Presidente. Privatizaría casi todo y bajaría los impuestos. En salud y educación, les daría a las familias lo que el Estado gasta en burocracia. Todas mandarían a sus hijos a colegios privados e irían a hospitales privados. Aquí, el Gobierno decía que en 2010 íbamos a tener el mismo ingreso de Portugal, pero ahora dicen que lo vamos a lograr el 2020, siempre que crezcamos al cinco por ciento, lo que no estamos haciendo.

Entretanto, Estonia, que a comienzos de la década tenía menos ingreso que nosotros y que Portugal, seguramente eligió presidentes como yo: creció al nueve por ciento por ocho años seguidos y nos pasó, como también a Portugal. Los estonios han privatizado casi todo, bajaron el impuesto a la renta a 20 por ciento para personas y empresas, y dejaron exentas las utilidades no distribuidas.

Voté y me volví trotando, almorcé tranquilo y dormí siesta. Cuando desperté, vi en la televisión que Zalaquett, a quien las encuestas daban de perdedor, iba ganando. Más tarde apareció el subsecretario Harboe dando resultados muy completos y lo hallé eficiente y serio. No parecía de la Concertación. ¡Qué distinto al fraude electoral de la izquierda el 73, cuando hicieron toda clase de trampas!

Resultó que la derecha recuperó 38 alcaldías, casi las mismas que perdió la sola DC (41). Y la Alianza sacó un millón y medio de votos más que la Concertación en esa elección. Es que la mayoría ya no quiere gobierno de centroizquierda, y tiene toda la razón. Si cuando los del régimen militar les entregamos el país "tiqui-taca", creciendo al ocho por ciento promedio al año, éramos el 14° en el mundo, y ahora somos el 98°. Y les dejamos un desempleo de poco más de cinco por ciento (enero de 1990). Por eso me abismé cuando Andrade dijo en "La Segunda" que lo habíamos dejado en más de 30 por ciento.

Bueno, claro, la Concertación sacó más concejales y aventajó a la Alianza por nueve puntos en esa elección. Vidal se agarró de eso "como gato a bofe", pero al revés del resto de la gente, no me cae mal Vidal, porque una vez dijo que prefería tener adversarios como yo a otros más culebreados. Yo esas cosas las agradezco. Lo mismo que cuando Carlos Peña me defendió de la Marcela Serrano, que le pidió al director del diario suprimir mi columna. Entonces, sólo rebato a Carlos ocasional e indirectamente. El hecho es que el 5-0 de Vidal (más alcaldes, más votos para alcaldes, más concejales, más votos para concejales y más gente gobernada por ediles de la Concertación) quedó en 3-2.

Lo otro que me impresionó fue ver a Teillier, el encargado militar comunista y hoy su jefe, en La Moneda al lado de la Presidenta. Foxley tuvo que hacer movimientos estratégicos para "ganarle la posición". La señora les tiró flores a los rojos en su discurso. Dicen que se va a aliar con ellos. Me parece excelente. Júpiter ciega a quienes quiere perder.

Sigo esperando al candidato presidencial de la derecha, pues no hay ninguno. Y Zalaquett demostró que se puede ganar, aunque uno parta abajo en las encuestas. Yo sigo aceptando ofrecimientos, aunque no estoy seguro de conseguir permiso en la casa.

Manotazos de los Kirchner
Hernán Felipe Errázuriz

Cristina y Néstor atraviesan por malos días.
Él, vetado para la secretaría de Unasur. Los uruguayos lo objetaron por el daño a su industria de la celulosa. Aquí causó el cierre de varias industrias, pero era nuestro candidato oficial. Buscaba el blindaje de la inmunidad diplomática del cargo ante eventuales enjuiciamientos. Desde Unasur apoyaría a Evo Morales y a Chávez -sólo ellos tienen claro adónde va esa organización.

Cristina, envuelta en un escándalo por un maletín con billetes enviados por Chávez, y los dos, progresivamente abandonados por el Vicepresidente y antiguos partidarios.

Lo que les resta es desalentador. Igual que Chávez, con las arcas fiscales sin recursos para el populismo que los sostiene.

En la desesperación, echan mano a los ahorros previsionales de más de nueve millones de trabajadores. Antes, Néstor dejó de pagar bonos de la República Argentina adquiridos por jubilados europeos, españoles e italianos. Ahora les tocó a los locales. Evo Morales también les dio un manotón a las AFP bolivianas. Es el socialismo del siglo XXI.

Hay derechos fundamentales y compromisos internacionales que protegen a los fondos previsionales, inembargables e intocables. Logramos la presidencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que se debería ocupar de estas transgresiones, y nada. A miles de trabajadores chilenos que trabajan en Argentina se les confiscarán sus ahorros previsionales. Para nuestras autoridades, es preferible el silencio. Sucede que son vecinos andinos, con simpatías oficiales.

Hace cinco años, Néstor Kirchner decretó el corte de gas a Chile. Su cónyuge lo extendió al extremo. Nuestros presidentes confiaron en contactos personales para normalizar el suministro. "Bienvenido, amigo Néstor" fue el vocativo -peccata minuta- del Presidente Lagos en un banquete ofrecido en La Moneda, iluminada por los últimos fluidos del gas trasandino. Generosa fue la Presidenta Bachelet, que apoyó a Cristina y la distinguió con su primera visita oficial al exterior. No lograron que se respetara el acuerdo internacional, y seguimos perjudicados por el encarecimiento energético que provocaron.

Desde la suscripción del Tratado de Paz y Amistad se había avanzado en las confianzas recíprocas. Con un simple decreto se retrocedió una década. Los chilenos, con el gas, fuimos entonces notificados de lo que significa depender de un Kirchner. Ahora, con la confiscación previsional, sabemos que no tienen límites. Así también lo entiende el resto del mundo, que ha declarado a la Argentina de alto riesgo por la gestión de los Kirchner. ¿Cuál será su próximo manotazo? ¿Nuevamente miraremos para el lado?

Acount