China, una vergüenza para el mundo.

Imagen tomada de EMOL.

China:

una vergüenza para el mundo.

Aunque el mundo se hace el leso, para nadie es un misterio que las autoridades comunistas chinas han abierto solo la economía, pero que en lo político mantienen una feroz dictadura, que además de mantenerles en el poder, les permite explotar tranquilamente a la población del país mas poblado del mundo.

China trata de mostrar una mejor cara para las Olimpíadas Beijing 2008, aunque no ha podido arreglar la imagen de país extremadamente contaminado, ya ha habido gran cantidad de deserciones entre las estrellas del deporte, ni tampoco la calidad de los trabajos es aceptable, ni las remuneraciones, y mucho menos el respeto ciudadano.

La brutalidad represión con que se ha apagado la “rebelión” pacífica de los tibetanos, que según los monjes y sus seguidores, ya ha costado la vida a más de 100 personas, por el grave delito de protestar contra una tiranía feroz que les ha sido impuesta por la Republica “popular” China, desde hace unos 50 años.

Estados Unidos, en una de sus actuaciones mas desafortunadas acaba de sacar a la China del listado de países en los que se viola los derechos humanos, hizo un llamado al dialogo entre las autoridades chinas y el líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama, en un intento por bajar la tensión en la zona.

Claramente ha demostrado China la falta de libertad de prensa existente en el país al expulsar de la zona del conflicto a más de 25 periodistas internacionales y al prohibir, negándoles los visados, el ingreso a los reporteros del mundo. No quieren testigos de la brutal carnicería con que imponen su dominio.

La Unión Europea, por su parte, hace un tímido llamado a la “reconciliación pacifica” entre la dictadura China y el exiliado líder del oprimido pueblo del Tibet. Nos recuerda, la pasividad de occidente la vergonzosa inactividad con que miraron como se desangraba la ex Yugoeslavia.

Si el mundo tuviera alguna conciencia verdadera sobre las causas del calentamiento global no dudamos que habría un cerrado boicot a las Olimpíadas de Beijing, lo que se agravaría mucho más si el publicitado compromiso con la defensa de los Derechos Humanos fuese cierto.