Hace unos años los que nos gobiernan nos ofrecieron una alegría que nunca llegó, una de las tantas promesas incumplidas, pero lo que si llegará es un vendaval de alzas, provocado en parte por la sequía, en parte por el pésimo manejo de la situación energética y en parte por un deficiente manejo de nuestra economía.
Las soluciones más fáciles son las que practica el Ministro Velasco desde Hacienda, culpando de la situación solamente a factores exógenos y sin hacer nada para revertir la complicada situación. Otra bastante exótica es la explicación de la Ministro de Agricultura que blande la amenaza de la siniestra especulación.
Lo cierto es que la crisis de precios de los productos del agro ya se encuentra entre nosotros y las expectativas son de que golpearán con reciedumbre los escuálidos bolsillos de los trabajadores, sobre todo con un valor que bordeará los $1.300 por kilo de pan, que en los primeros meses del año ya han perdido totalmente, por la inflación, las mejorías salariales obtenidas.
Nadie puede dudar, a no ser que la administración tome la medida radical de eliminar completamente los impuestos adicionales de que los costos de la energía deberán subir, por las alzas internacionales del “crudo” así como por la aplicación de impuestos especiales en Argentina para el gas que se exporta a Chile. Las alzas internacionales se pueden achacar al “mundo”, pero la carga tributaria interna no.
En los alimentos perecibles la situación no es mejor, pues a unos precios que se han disparado universalmente , en especial los de los granos para producir combustible alternativo, debemos agregar una sequía inmensa, con una reacción estatal de suyo tardía y bastante tímida en un principio, lo que provocó la pérdida de grandes extensiones de cultivos anuales, frutas y la muerte de animales.
La alzas que se avecinan, sean estas en granos, como el trigo, en verduras o en productos cárneos no serán el resultado de la “especulación”, como grita desaforadamente la Ministro Marigen Hornkohl, en sus recorridos por el país tirando “alguna ayuda” a los afectados, como si fuera limosna, y realizando un show mediático mas propio de una campaña que de una autoridad nacional.
Hemos graficado esta noticia con una fotografía de Marigen Hornkohl, sí la misma que se cambió de nombre para postular a la Cámara de Diputados y que como perdió le dieron, como premio de consuelo, un cargo diplomático en Alemania y ahora este Ministerio de el que ella señala no tener idea, por considerar “excesiva” la pose de la secretaria de estado “haciendo” como que carga un saco.
La impericia de nuestras Autoridades, sumada a sus declaradas incapacidades, la improvisación de que hacen gala constantemente, las inhabilidades con que manejan los asuntos públicos, la gigantesca escasez de liderazgo de las cabezas de la administración y, por cierto, una descomunal egolatría son materiales “explosivos” que explican con meridiana claridad los resultados que se obtienen.
No nos cabe duda de que aún haciendo abstracción de lo que nosotros consideramos una manifiesta incapacidad de quienes nos gobiernan, los resultados, de ser ellos menos limitados, serían los mismos, pues como no creen en el sistema tampoco conocen la forma en que este funciona bien o la forma lógica de manejar la variables.
Las soluciones más fáciles son las que practica el Ministro Velasco desde Hacienda, culpando de la situación solamente a factores exógenos y sin hacer nada para revertir la complicada situación. Otra bastante exótica es la explicación de la Ministro de Agricultura que blande la amenaza de la siniestra especulación.
Lo cierto es que la crisis de precios de los productos del agro ya se encuentra entre nosotros y las expectativas son de que golpearán con reciedumbre los escuálidos bolsillos de los trabajadores, sobre todo con un valor que bordeará los $1.300 por kilo de pan, que en los primeros meses del año ya han perdido totalmente, por la inflación, las mejorías salariales obtenidas.
Nadie puede dudar, a no ser que la administración tome la medida radical de eliminar completamente los impuestos adicionales de que los costos de la energía deberán subir, por las alzas internacionales del “crudo” así como por la aplicación de impuestos especiales en Argentina para el gas que se exporta a Chile. Las alzas internacionales se pueden achacar al “mundo”, pero la carga tributaria interna no.
En los alimentos perecibles la situación no es mejor, pues a unos precios que se han disparado universalmente , en especial los de los granos para producir combustible alternativo, debemos agregar una sequía inmensa, con una reacción estatal de suyo tardía y bastante tímida en un principio, lo que provocó la pérdida de grandes extensiones de cultivos anuales, frutas y la muerte de animales.
La alzas que se avecinan, sean estas en granos, como el trigo, en verduras o en productos cárneos no serán el resultado de la “especulación”, como grita desaforadamente la Ministro Marigen Hornkohl, en sus recorridos por el país tirando “alguna ayuda” a los afectados, como si fuera limosna, y realizando un show mediático mas propio de una campaña que de una autoridad nacional.
Hemos graficado esta noticia con una fotografía de Marigen Hornkohl, sí la misma que se cambió de nombre para postular a la Cámara de Diputados y que como perdió le dieron, como premio de consuelo, un cargo diplomático en Alemania y ahora este Ministerio de el que ella señala no tener idea, por considerar “excesiva” la pose de la secretaria de estado “haciendo” como que carga un saco.
La impericia de nuestras Autoridades, sumada a sus declaradas incapacidades, la improvisación de que hacen gala constantemente, las inhabilidades con que manejan los asuntos públicos, la gigantesca escasez de liderazgo de las cabezas de la administración y, por cierto, una descomunal egolatría son materiales “explosivos” que explican con meridiana claridad los resultados que se obtienen.
No nos cabe duda de que aún haciendo abstracción de lo que nosotros consideramos una manifiesta incapacidad de quienes nos gobiernan, los resultados, de ser ellos menos limitados, serían los mismos, pues como no creen en el sistema tampoco conocen la forma en que este funciona bien o la forma lógica de manejar la variables.
Reflexiones sobre pueblo y gobiernos...
Se suele decir, de manera bastante majadera, que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen y que si eligen a los menos capacitados es porque las mayorías son ignorantes y tontas. Pensamos que es importante exculpar a los que son acusados, poniendo el acento en los verdaderos responsables.
Nosotros no estamos de acuerdo con ninguna de las dos afirmaciones, pues dada la “educación” que hemos dado al pueblo no le hemos capacitado para analizar las propuestas que les hacen los postulantes ni a discriminar lo que es posible, separándolo de lo que es irrealizable.
A pesar de los inmensos avances “institucionalizadores” logrados por la dictadura y de los avances, leves por cierto, que ha habido en estos 18 años, nadie ha tenido interés en legislar sobre la demagogia ni en establecer las necesarias sanciones para aquellos que usen las necesidades populares para hacerse con el poder.
Tampoco hemos visto campañas de “educación cívica” en la que a la gente junto con llamarla a inscribirse en los Registros Electorales, se le advierta de la obligatoriedad del voto, por eso es un derecho-deber, ni mucho menos que se le grafique las obligaciones de los postulantes con sus patrones.
Es una necesidad, por la transparencia y eficiencia del sistema, establecer la cuenta, en forma bastante permanente, de el personal con cargo de elección popular a sus “jefes”, que son los ciudadanos que han confiado en ellos entregándoles su porción de la soberanía popular.
Sin duda alguna, todos los personajes “nominados” por el pueblo han presentado sus proposiciones a la comunidad, promesas que deben ser consideradas con el valor legal de un contrato y cuyo incumplimiento, previo juicio, debiera ser sancionado con la pérdida del cargo, las inhabilidades del caso e indemnización al pueblo.
Creemos que esta es la única manera de dignificar y moralizar una actividad, en la actualidad duramente desprestigiada por los mismos actores de ella, pero imprescindible para la mantención y desarrollo del sistema democrático que las grandes mayorías dicen querer mantener en el país
Nota de la Redacción:
No piensen que nos cegamos, hay que modificar profundamente la ley de partidos políticos, .para regular su funcionamiento, impedir que camarillas se hagan con el mando, democratizar su funcionamiento y transparentar el “oscuro” sistema de financiamiento de la actividad.
Nos oponemos al financiamiento público de la política, básicamente porque consideramos inmoral que los “privilegiados” del sistema puedan seguir sangrando la caja fiscal en beneficio propio, es especial, cuándo en el país tenemos tantas carencias y necesidades populares insatisfechas.
Presente malo, futuro podría ser peor.....
Con cierta regularidad vemos en el mundo procesos recesivos o expansivos, lo que aparentemente sería lo que permite a los mercados tener un desarrollo mas sano y llegar a cifras de incremento que permitan superar el crecimiento vegetativo de la población del globo y un notable progreso.
Pero, también, aunque de manera mas esporádica tenemos procesos en los que abundan las divisas, la especulación llena a la banca de una enorme cantidad de dinero y se presenta un cuadro de relajación de las políticas crediticias, que nosotros llamaremos “plata dulce” en recuerdo de una satírica película argentina.
La ultima situación, la de la plata fácil, la estamos viviendo en estos momentos y beneficia especialmente a los grupos mas acomodados, los que ven facilitadas sus posibilidades de cambiar vehículos, comprar otros, viajar por el mundo, abarrotar los restaurantes o utilizar las infraestructuras concesionadas.
Sin duda alguna esos privilegiados, que son los de siempre, y que son los que se llevan la tajada del león en la repartición de producto geográfico bruto, son una minoría poderosa, que satura todos los servicios detallados y desata un consumismo enfermizo que hace disparar las ventas de tecnologías hogareñas de punta.
Pero, parece que no hemos entendido nada de la crisis crediticia norteamericana, sub-prime, que tiene al mundo de cabeza por una crisis provocada por el sobre endeudamiento de las personas, en el sector financiero, con garantías de las propiedades, y la capacidad de pago de los deudores inmensamente sub-valuadas.
En nuestro país la población tiene en promedio un 60% de sus ingresos comprometidos por la deuda financiera, sea con Bancos, casas comerciales, o instituciones sin fines de lucro, como las Cajas de Compensación, lo que a las claras debiera haber alertado al sistema de que se está gestando una situación de pagos conflictiva.
Ni la entidades crediticias señaladas, ni la Superintendencia de Bancos, ni las autoridades del Ministerio de Hacienda o Economía, han tomado “conciencia” de esta situación que puede llegar a ser dramática, pues no solo llevaría a la quiebra a los prestamistas sino que arrastraría en su caída a todo el país.
Las secuelas que dejaría una situación como la que denunciamos que puede venir, no queremos ni imaginarla, porque llevaría a millones de chilenos a sumarse a las falanges de desempleados, a las pequeñas y micro-empresas las “desaparecería” y no dejaría en la economía títere con cabeza.
La economía, con la excepción de ese 20% rico que tiene el país no se ve bien, pero, debemos advertir que tampoco auguramos un futuro mejor, a pesar de que tenemos un Estado rico, no por capacidad de gestión gubernamental sino que por los altos precios que han alcanzado nuestras materias primas de exportación.
No queremos que nuestra postura lleve a nadie a equívocos, a nosotros no nos molesta que haya ricos, como a quienes nos gobiernan, lo que nos molesta es que no se creen las circunstancias para que no haya pobres, que se siga ampliando la brecha entre unos y otros, que no se haga nada por asegurar un mejor porvenir a nuestros jóvenes.
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