Se acerca Semana Santa......

Sin duda la Iglesia Católica, de la cual los chilenos nos declaramos mayoritariamente seguidores, es uno de los órganos sociales que con mayor rapidez va perdiendo la estima que le ha tenido tradicionalmente la población.

La población recibe desde el “aire”, desde la señal de cable, la radio o por vía prensa escrita un bombardeo de dis-valores, de disolución familiar, de “planificación de hijos, de consumo de ilícitos, de engaños, entre otros, sin que existan los espacios necesarios de formación.

Muchos se preguntan el porqué de esta situación, cuando sus enseñanzas son buenas, su labor apostólica corrientemente impecable y su análisis de la problemática nacional generalmente muy acertado.

Pensamos que sus mensajes son doctrinaria y éticamente correctos, están siendo distorsionados por instituciones comerciales que llevan su nombre y las que con su actuar llevan a la ciudadanía a equívocos brutales.

Como ejemplo de lo anterior pondremos el caso de canal 13, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el que ha puesto muy por encima de la necesaria enseñanza valórica las necesidades de financiamiento.

El Canal católico se ha convertido en un “desmoralizador” de la sociedad, al transmitir en su programación verdadera publicidad de las formas de vida que la religión de sus propietarios abomina.

No es nuestra intención descalificar el accionar ni tampoco pretendemos anatemizar el lucro, solo queremos llamar la atención de la imperiosa necesidad de “consecuencia”, la que evidentemente incide en la imagen que proyectamos.

Creemos, que ahora, que nos acercamos a la Semana Santa, las autoridades de la “Pontificia” debieran ponerse a meditar sobre las señales que están enviando a la sociedad y los efectos que están produciendo.

Los católicos de verdad, que pensamos, son los que menos lo dicen, pero que actúan más cristianamente, creemos que la Iglesia debe recuperar su Magisterio, luchar por los humildes y perseguidos, entre las muchas órdenes que le dejara Cristo.

La institución, a pesar de tener una enorme cantidad de santos entre sus clérigos, entre ellos el Papa, y afiliados, no está cumpliendo a cabalidad su mandato, pues al parecer algunos estamentos han perdido la mística y la han reemplazado por el apego al poder.

Creemos que el mundo sin Dios que pretenden imponernos es una selva inhabitable, llena de egocentrismos atroces, pero, también pensamos que la imagen humana de lo Divino debe ser impecable.

Creemos que este es un tema relevante para que mediten nuestras jerarquías, pues de no volver a la Evangelización, es muy posible que la “competencia” descarnada de sectas y nuevas religiones termine con la supremacía católica.