lunes, 3 de septiembre de 2007

Noticias nacionales, 4 de Septiembre de 2007

Popularidad presidencial cae a pique.
Solo ayer planteábamos que el Gobierno de Michelle Bachelet Jeria se proyectaba para pasar a la Historia como una de los peores administraciones que ha tenido Chile en sus casi doscientos años de vida Republicana. Asombra constatar este hecho en un régimen que asumió con los sueños y esperanzas de la mayoría de la ciudadanía y condiciones espectaculares de financiamiento. Consideramos que la Mandatario simplemente se ha farreado una inmejorable oportunidad.

Ayer se difundió la encuesta de ADIMARK que demuestra que los constantes desaciertos gubernamentales han mellado de manera importante de la aprobación popular a la mandatario, que apenas se empina sobre el 39%, claramente “inflado” por el 40,7% obtenido en provincias. La desaprobación a la Gobernante se mantuvo en un 42,7%. Transantiago, el empleo, la corrupción, la economía, la salud, la Seguridad Ciudadana y la educación son los asuntos que peor evalúa el pueblo.

Los partidos que conforman el pacto oficialista tampoco salieron muy bien parados, bajando en la identificación de la gente de un 23,6% a un modesto 21,3% y la desaprobación del conglomerado llegó a un 55,9%, superando ampliamente, por primera vez el rechazo que la ciudadanía tiene por la Alianza opositora. Esta situación, que indudablemente pone en problemas a la concertación, demuestra claramente que no bastan las palabras y la simpatía para gobernar.

Desde el oficialismo, en el que ya comienzan a prenderse las luces de alarma, se ha considerado que este resultado es una “luz roja”, un llamado a “trabajar más” y a brindar más apoyo a la Presidente. Desde la oposición se afirma que la Gobernante está “aislada” , que la “caída” demuestra un “deterioro sostenido e implacable”, que se “irá consolidando” con el paso del tiempo.

Sin duda este muestreo ha confirmado la escasa popularidad del Gobierno, la mala imagen de los políticos, que la gente no quiere esa ambigüedad que implica que el oficialismo sea a la vez la única oposición, pero, que tampoco es de agrado de la ciudadanía la forma, bastante tibia y confusa, con que la oposición realiza sus funciones. Chile quiere claridad de conceptos, que quienes participan en el Gobierno sean leales a este o se vayan de la coalición, a la vez que quiere una oposición que ejerza como tal.


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A pesar de que hemos obviado referirnos a algunos temas, la delincuencia sigue desatada, los problemas de la Salud continúan creciendo, la inflación amenaza con superar el 5% este año, la corrupción sigue dando que hablar, ahora en EFE descubren pagos por más de 117 millones de pesos por trabajos no realizados, Transantiago sigue despedazando la vida de los santiaguinos, 900 usuarios demandan al Estado por miles de millones, casi 25 millones de dólares. Chile ya se ha cansado de palabras bonitas y de las falsedades del oficialismo.

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Aunque la motivación no haya sido la de defender la identidad de nuestros héroes ni evitar el manoseo de nuestra historia, los pareció bien el llamado de atención del Banco Central al Bancoestado, conminándolo a retirar la publicidad que usa las imágenes de nuestros próceres que aparecen en su propaganda. El Banco emisor recuerda al Estado que los diseños de los billetes están protegidos por ser propiedad intelectual, recalcando que el eso abusivo, sin autorización, esta sujeto a responsabilidades civiles y criminales.

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Hace 37 años ganó las elecciones presidenciales don Salvador Allende Gossens, quien mediante engaños y manipulaciones logró el apoyo de la Democracia Cristiana para ser ratificado por el Congreso. Allende, que asumió el 4 de Noviembre de ese año, lo hizo en un proceso totalmente Constitucional, lo que legitimaba su llegada al poder.

Sus intentos por hacerse del poder total, su escaso respeto a la Constitución y las Leyes, el manejo desaprensivo de la economía que destruyó la productividad nacional, la degradación moral, su abusivo intento de estatizarlo todo, al margen de la legislación, la falta de alimentos básicos, quitaron legitimidad al proceso.

Todos otros poderes del Estado, Justicia y Parlamento, declararon la ilegalidad del régimen, la Contraloría tuvo arduo trabajo intentando custodiar la legalidad de la administración. El pueblo, organizaciones sindicales, patronales, estudiantes, campesinos presionaban para poner fin al traumático experimento.

Los 1000 días negros del Gobierno de Allende se caracterizaron por la completa sumisión a los intereses de la Unión Soviética, al mando de Fidel Castro, fueron de una constante prédica de odios y de enfrentamiento social. Fueron mil días que terminaron con la convivencia nacional, con la institucionalidad y con la posibilidad de progreso nacional.

Hoy la publicidad izquierdista, que además cuenta con todos los medios del Estado, nos quiere convencer que el alcohólico ex Presidente era un demócrata y que hizo un buen Gobierno.


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