viernes, 18 de abril de 2008

Dos gladiadores de la defensa de Chile.....


Hermógenes Pérez de Arce y Sergio Melnick son dos chilenos de fuste, dos cerebros extraordinarios y dos verdaderos gladiadores en la lucha por defender a Chile y los valores tradicionales.

Debemos soportarnos mutuamente
Hermógenes Pérez de Arce.


La sempiterna discusión en Chile es entre los que respetamos las reglas y los que las transgreden.

¿Qué son las reglas? Son las leyes, el orden público, la moral y las buenas costumbres, por supuesto. Nosotros, siempre defendiéndolas; ellos, siempre urdiendo el modo de atropellarlas o atropellándolas directamente. Y así convivimos. O malvivimos.

Socialistas y comunistas atropellaron las leyes entre los años 70 y 73, así es que quienes las respetábamos, con la DC, llamamos a los militares (Acuerdo de la Cámara). Éstos arreglaron el país y lo devolvieron me-jorado. Pero entonces la DC se cambió de bando y se alió con aquéllos. Ganaron el poder y atropellaron las leyes (carta de Aylwin a la Suprema para desconocer la Ley de Amnistía). Militares ilegalmente procesados. Sus camaradas les dan la espalda. Caídos tras las líneas enemigas. Ya.

Fue peor para las leyes, el orden público, la moral y las buenas costumbres. Ahora distribuyen píldoras para que pueda haber sexo sin responsabilidad. ¿Embrión de por medio? Peor para él. Pero eso es antinatura. Dios -o la Naturaleza, para los agnósticos- ha hecho que el sexo sea con "accountability". El Tribunal Constitucional, entonces, llama al orden. Hay vidas en juego. Pero no, ellos quieren sexo sin "accountability". Les molesta el TC. De nuevo, rompen las reglas. Y, lo peor, con las encuestas a favor. La democracia puede ser atroz. Recuérdese la mayoría aplastante que eligió liberar a Barrabás y crucificar a Cristo. Por eso, unos pocos preferimos la "democracia protegida". La mayoría no puede hacer cualquier cosa. Pero aquí ya la hace.

Así, bajo sus gobiernos se extingue el matrimonio, y el 62 por ciento nace fuera de él. La familia normal ya es una rareza. La juventud sin hogar lanza piedras por todo, se droga, roba. Y quieren que el matrimonio, desaparecido de hecho, desaparezca también de derecho. Quieren cambiar la definición del Código Civil, para que no mencione "un hombre y una mujer", "procrear" ni "por toda la vida". Quieren que dos hombres o dos mujeres puedan ser matrimonio. ¿Para qué, si ya casi nadie se casa? ¿Qué sentido tiene? Van a ser casi los únicos matrimonios. Están locos.

¡Y cómo rompen las reglas tratándose de plata! En el Ministerio de Educación todavía no pueden "conciliar" el 2004. "Conciliar" quiere decir que la plata ingresada debe estar en una cuenta corriente. Pero no está. Como decía el huaso frente a un balance: "Aquí dice 'Debe - Haber', pero no hay ná". Tampoco quieren "accountability".

Y a Camilo Escalona le preguntan por qué su jefa de gabinete, Karina Talcan, que trabaja para él en Santiago, recibe del Registro Civil 625 mil pesos mensuales por estudiar las comunidades mapuches en el sur. Él contesta que su secretaria se llama Shirley Reyes y llega a las 8. Lo mismo que cuando al senador socialista Naranjo le preguntaron por una asignación que cobraba su señora, y él preguntó: "¿Mi señora, en qué sentido?". Son así.

¿Cómo hacerlos respetar las reglas? Lo malo es que dominan los poderes Ejecutivo y Judicial, pues el Legislativo parecen estarlo perdiendo. Es que en los momentos críticos la DC, o una parte de ella, se cambia de bando, para bien o para mal. Como dijo Juan de Dios Carmona, ella "echó a los comunistas con ayuda de los militares, y a los militares con la ayuda de los comunistas".

En fin, es el país que tenemos. Debemos convivir con los que rompen las reglas y con los que se cambian de bando. Y soportarnos mutuamente y por toda la vida, como dice el Código Civil. ¡Qué le vamos a hacer! No hemos nacido para ser felices.

Una gran catarsis nacional
Sergio Melnick


Lo mejor y lo peor de la sociedad chilena ha emergido en este acontecimiento histórico. El caso Provoste ha sido una enorme catarsis nacional. Por primera vez en 18 años, todos han dicho lo que realmente piensan, y ha sido muy fuerte. Algunas caretas han caído. Algunos que parecían moderados, no lo eran. Necesitábamos un buen mechoneo, para poder empezar a ser más amigos que antes. El diario “La Nación” mostró la hilacha. Ahora existen tres bloques en el Congreso. El nuevo bloque “independiente” es de 4 senadores, equivale a una fuerza del 10% y es variopinto: 2 ex PPD, un ex DC y un ex RN. Curiosamente, al Gobierno le indigna la votación en bloque, pero sólo de los otros, no la propia. Y la mayoría de las intervenciones de la Concertación fueron políticas, no legales, que es justo lo que imputaban a la oposición.

La acusación fue una seria advertencia, más que a la ministra, a la Concertación. Complaciente en exceso frente a la negligencia y mala gestión, los continuos nombramientos sin competencias claras en cargos críticos, el aumento de los casos de faltas a la probidad, y la decisión de mantener a Traverso, contra la opinión del propio comité político y la Contraloría. Detrás de esta acusación, sin duda pesan los transantiagos, EFEs, MOP GATEs, jarrones, la delincuencia, Chiledeportes, gendarmerías, registros civiles, cárceles, inflación, sobresueldos, aviones que no sirven, y sigue y suma.

Las verdades personales han re-emergido. Los llantos reprimidos y liberadores finalmente salieron. Una parte de la izquierda, al parecer, no se ha renovado. Las palabras, el tono perturbado, la vehemencia y las descalificaciones de Escalona son una película del 73. Los dichos de Girardi, con una mirada a los años 60 o antes, reivindicando un gran Estado benefactor, grasoso, lento, caldo de corrupción, fueron increíbles. Sobre todo después del anuncio de Pérez Yoma. El senador Navarro dice que votará en contra de la ley de Educación en proceso, desmarcándose una vez más de la Concertación. Curiosamente, se pregunta por qué han perdido la mayoría en el Congreso.

Las palabras cargadas sobraban. Se habló de “patriotas”. Se usó el concepto de “muerte política”. Ominami reclama la existencia de una falla estructural del sistema presidencial. Sostiene que el resultado estaba predeterminado antes del alegato. Si eso es así, vale entonces para ambos lados, ¿o no? No es muy coherente. En ese revoltijo, Flores estuvo notable, mostró gran altura, puso el dedo en la llaga, el de asumir las responsabilidades, y Vidal, odiosillo como siempre.

Creo que esta catarsis ha sido muy buena para todos. Fue un desahogo necesario, de silencios que estaban intoxicando, de cuentas y rabias guardadas. La Alianza sabía que la acusación estaba en el límite, y la Concertación, que la ministra no estaba en el cargo apropiado. Esta catarsis es un gran signo de transparencia y salud mental: muy necesario. El resultado va a ser bueno.

De alguna manera, éste fue un gran juicio, “republicano” como lo pidió la misma ministra. La Concertación hizo una defensa cerrada, y por cierto política, de un símbolo de su sobrevivencia. Un juicio doloroso porque tocó heridas no cerradas del pasado: muchos ministros de Allende fueron igualmente removidos. Doloroso también porque simboliza el inicio de la pérdida del poder, de la caída inevitable. Una izquierda herida porque no ha logrado avanzar en su agenda profunda. Una DC que no es escuchada por sus aliados. Una derecha que empieza a entender la importancia de abrir al abanico. Se acabaron, por ahora, las mayorías que bloqueaban la fiscalización. El Gobierno debe cambiar rumbos.

Este juicio marcará un hito. ¿Cambiarán los ejes del poder? ¿Es sólo circunstancial la mayoría? ¿Se habrá iniciado una nueva transición? ¿Puede la DC seguir con esos socios? ¿Se amplía la Alianza como propone Allamand? ¿Se está polarizando nuevamente el país?

No sabemos, el tiempo lo dirá.

Yo creo que lo único claro que ha ocurrido es la catarsis y el desahogo personal de todos los actores. Una buena rabieta colectiva. Todos tenían buenos argumentos, pero unos eran mejores. Todo se habrá olvidado en cuatro semanas. Lo único realmente importante ahora es la educación. Que se nombre un nuevo ministro de gran calibre, respetado por todos. Es tiempo de rectificar los errores, mirar adelante, y recuperar el tiempo perdido. El resultado final dependerá de la actitud de la Presidenta. Yo tengo total convicción de que escuchará menos a Vidal, y actuará con la grandeza que requiere su cargo.

Acount