viernes, 11 de abril de 2008

¡Pobres países sin moneda!

¡Pobres países sin moneda!
Álvaro Bardón


Somos un gran país. No como Alemania o Francia, que ni siquiera tienen moneda, o como el Panamá del Canal, que tampoco la tiene y muestra la economía más estable de América -y quizás del mundo- en los siglos XX y XXI.

¿Ha escuchado usted hablar de los problemas de balanza de pagos o de la deuda externa de California, un poco más grande que Chile? No -nos decía un profesor-, y nunca van a escuchar, porque no tiene Banco Central. ¿Y usted ha oído de estos problemas en La Legua, Rancagua o Concepción, o en el estado de Texas? No, porque no tienen Banco Central ni moneda.

¿De qué estaríamos hablando en estos días si Chile no tuviera moneda y usáramos el dólar o el euro? ¿A cuánto amaneció el dólar hoy? ¿A 700 o a 400 pesos? ¿Qué vendría siendo el peso? ¿Contra quién alegarían los exportadores o los agricultores? Dirían que "su" negocio está malo y que el Banco Central debiera hacer algo. ¿Qué Banco Central, si no habría? ¿Qué moneda se va a devaluar o revaluar? ¿Qué saldría en los diarios "sobre el dólar o tipo de cambio"? ¿Cuántos colegas quedarían sin pega en el sector público, el Banco Central y la prensa? ¿Y qué cosa inteligente dirían sobre la inflación, más allá de observar que sería similar a la de Estados Unidos o Europa?

Mis colegas, horrorizados, dirían -como ya lo hacen- que el país perdería un instrumento clave de política económica, como es el manejo monetario.

¡Por fin!, habría que decirles, ya que este "instrumento" explica una de las situaciones de más alta inflación e inestabilidad del siglo XX en el mundo. Es ése nuestro récord mundial más claro, obviamente al costo de un empobrecedor subdesarrollo, desde que en Chile apareció el Banco Central, hacia 1925.

Como declaró Robert Mundell, mi profesor en Chicago y Premio Nobel, al recibir este galardón, el "área monetaria óptima" ahora es el mundo, y lo razonable y útil es moverse a una moneda única (lo que ya se ve en Europa), como paso previo antes de volver al patrón oro.

¿Y por qué a los liberales les gusta tanto el oro? Porque es un sistema monetario sin la arbitrariedad estatal, en que la cantidad de dinero se regula sola, sin crecer demasiado. Pero lo más importante es que el Estado y los políticos, siempre derrochadores y algunos incluso corruptos, pierden el poder monetario y su infinita capacidad de generar inflación, crisis de balanza de pagos y crisis políticas y de crecimiento.

El no tener moneda llevaría a expresar todos los precios en dólares, euros u oro, terminando con la asimetría desestabilizadora entre el valor de lo exportado y los costos internos como los salarios, que, en adelante, se expresarían en dólares. Las UF, UTM y las reajustabilidades podrían desaparecer, y volveríamos a ser un país civilizado y estable.

Si, además, abriéramos la intermediación financiera, tendríamos una rebaja de intereses y créditos más largos, como los que se observan en estos días en Panamá en las operaciones hipotecarias: casas para todos, pagaderas a 50 años.

Hace tiempo que quería plantear un ultimátum a los colegas del Banco Central: han hecho demasiadas embarradas desde los años 20, así que ahora tienen la última oportunidad. El año pasado empezaron a portarse mal de nuevo, de modo que ahora, si no cumplen con la inflación cero y una estabilidad financiera de verdad, tipo Panamá, les vamos a cerrar su negocio, siguiendo el gran éxito de El Salvador y Ecuador.

Esto, sin perjuicio de reducirles ya, drásticamente, sus remuneraciones, que debieran depender de sus éxitos concretos en materia de estabilidad de precios y de prácticas crediticias, bancarias, etcétera.


1 comentario:

mex dijo...

Bardon como siempre irreverente y con un analísis correcto,
Lastima que n hombre tan inteligente y preparado se esté perdiendo

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