viernes, 4 de abril de 2008

Por nuestra jungla de cemento....


Salir a nuestras congestionadas calles es un completo desagrado, porque por una parte nos arremete un aire lleno de tóxicos, después llegamos a los eternos tacos, para terminar en verdaderos conciertos de bocinazos.

Hay gente que parece no entender el motivo por el cual los fabricantes de automotores ponen algún equipamiento a los vehículos, los señalizadores son para que indiquemos los virajes y la bocina una alarma de emergencia.

Tenemos una mala educación vial exquisita, no señalizamos, vamos a exceso de velocidad o a la vuelta de la rueda, en los semáforos nos volamos y no nos damos cuenta del cambio de luz, tratamos de ganar el espacio al otro.

Los motores rugen, son una parte importante de la fiera que hemos soltado a la selva de cemento, no tenemos porqué respetar a nadie ni aceptar que nadie nos pase a llevar, somos unos verdaderos animales.

Creemos, que es imprescindible una campaña intensiva de educación vial, claro por cierto acompañada de esas sanciones que “producen” buenos hábitos, porque la neurosis y el estress son simplemente insoportables.

No sabemos si es debido a esto, pero como país tenemos un triste record, una parte importantísima de nuestra población esta afectada por serios problemas mentales y graves afecciones sicológicas.

Hay cosas que debemos tener claras, el automóvil es solo una máquina, no es ni una prolongación de nuestro cuerpo ni un elemento demostrativo de nuestras calidades personales.

Volvamos a las realidades, el auto es solo un medio de transporte, en la medida en que lo usemos racionalmente, de manera solidaria, lograremos tener una ciudad mas amable, una mejor salud y una mas Sana convivencia.

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